«Que los metan presos, que les rapen el pelo…Mándalos a una celda con otros 200 privados de libertad, mételos donde están los de peor calaña, los que desde dentro de la cárcel orquestan secuestros. Que se tengan que ganar la vida en ‘el deporte’, que coman cuando haya, que el que vaya a visitarlos no lo vea. No le den teléfono, no le des agua, que su abogado no los vea. Que nadie sepa donde están pero que todos se enteren que los tenemos detenidos aquí. Inventa unos cargos, bien pesados, que suene jugoso y coherente con nuestro discurso retrógrado y repetitivo que, cultivando en la paranoia de nuestros actos delictivos, hemos usado de bandera para justificar nuestro odio hacia la ‘derecha’…»
Cuando veo casos como los de Pancho y Gabo, injustamente encarcelados por un Estado forajido y derrotado por su propia corrupción y mezquindad, estas frases antes citadas son las que me vienen a la mente. No encuentro motivo real alguno para que estos dos jóvenes permanezcan tras las rejas con sus derechos violentados con una Defensoría del Pueblo muda y una saña que, aunque con muchos precedentes, no dejan de sorprender.
Como venezolanos, como seres humanos, como ciudadanos, caramba, como lo que sea que tenga un poco de sentido común, nos estamos convirtiendo en cómplices de esta barbarie que ha llevado al peor de los infiernos a decenas de compatriotas por tan solo querer un mejor país, participar en el ejercicio de sus derechos políticos, por opinar; por hacer algo que contrarreste el infierno que vivimos.
Nos convertiremos en zombis buscando comida, medicinas, en cómplices por culpa del miedo, de la desesperanza, del acoso, de las amenazas. Somos cómplices por coacción de la misma forma en que el régimen ha logrado confesiones forzadas, de la misma forma que el régimen se ha apoderado de toda una nación.
Pero hemos decidido alzar nuestra voz, no permitiremos que sigan arremetiendo contra nosotros, contra los que luchamos, contra los que salimos a diario a padecer el país. Gritaremos fuerte con música, arte, poesía, humor, letras… Con nuestras armas que son el pensamiento, el futuro de un nuevo país para todos.
Es por eso que te invito, lector, a unirte a las iniciativas de ONGs como Sin Mordaza, RedesAyuda y el Foro Penal , para visibilizar casos tan terribles como los de Pancho y Gabo. Te invito a publicar en tus redes las actividades, crear eco desde tu teclado, con tu presencia y hasta con palabras de aliento. Lo peor que podemos hacer es callar, nuestro deber es gritarle al régimen en su cara que lo que hace está mal, por el simple hecho de que lo está.