Fuente: Suburbio
La adolescencia es tan complicada para todos, ya que es la culminación de la fabricación interna para la exposición externa de las cosas asquerosas del cuerpo humano. ¿Cómo no llegar a los 15 años trastornado, si tu cuerpo ha hecho tantas cosas asquerosas?
Desde que tenemos uso de razón, pipi, pupú, mocos y saliva; luego empieza el sudor a oler mal, tus pies producen hongos, tus axilas repelen hasta a los seres más queridos y algunos gases que te echas hacen que tu madre se replantee haberte tenido, ojo, y esto es solo cuando tienes 9 años, todavía no entiendes el mundo, mucho menos lo que pasa con tu organismo, que ahora, todo le huele a mi3rda.
Ese limbo hormonal entre los 10 y los 14: semen, menstruación, flujo, deseos, impulsos, tentaciones y experimentación; pura cochinada. Durante este tiempo no somos nada, solo unas masas de carne con huesos que solo sirven para masturbarse y pasar momentos de vergüenza con todas las personas que convivimos, ¿cómo explicamos está erección gigantesca cuando estamos en el funeral del abuelo? Ni nosotros sabemos. Edad del orto que trauma a cualquiera.
La cosa es que como hasta los 18 años lo único que producimos son cosas asquerosas que de útil, fisionómicamente hablando, tienen bastante pero que en nuestra vida no representan más que un gasto, una molestia, entonces nos dicen que tenemos que ir a la iglesia bien perfumados para tapar el tufo que el mismo Dios nos ha dado, si es él tan bueno ¿por qué le dio ese pestón a la cebolla? Para que cuándo salgamos con una chama estemos podridos por la boca, de hecho, para esta etapa de la vida, estamos tan tocados, por la casa de los horrores que es nuestro cuerpo, que hasta empezamos a quererlos, es ahí cuando cometemos el error de tomar fotos con orgullo lo que por la poceta baja. Muy mal, muy mal.
Es probable que todo esto lo haya pensado Kurt Cobain antes que yo, lo más seguro, de hecho lo doy por cierto, que al poner el nombre Smells like teen spirit – Huele a espíritu adolescente – fue oliendo el sobaco de todos los jóvenes gritando Nirvana, en sus shows.
Sean un regalo divino una herencia de los monos, lo que produce nuestro cuerpo es terrible y solo puede ser compensado por lo que hagamos con nuestro cerebro, siempre y cuando no seas Arjona, sino estarías en lo mismo.