Melanio Escobar, fundador de Redes Ayuda, denunció este martes en la Asamblea Nacional los abusos que cometen las fuerzas de autoridad durante represiones a manifestantes.
El periodista alegó que el gobierno utiliza las redes sociales para perseguir y amenazar a quienes buscan información, pues «para la dictadura no es problema lo que pasa en el país sino que se sepa».
«El Estado sabe que los periodistas son de gran importancia en estos momentos y por ello busca amedrentar y censurar a los medios y a quienes por vocación han decidido grabar e informar lo que sucede», explicó.
Escobar mostró videos de represiones efectuadas durante las últimas semanas por la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), quienes lanzan de manera horizontal bombas lacrimógenas a manifestantes en sector El Paraíso y en la avenida O’Higgins, en Caracas.
El comunicador indicó que usarían estos soporte para denunciar los abusos de fuerza por parte de la GNB y la Policía Nacional Bolivariana ante la Fiscalía.
La ONG Redes Ayuda funciona como canal informativo para denunciar hechos sobre violación de los derechos humanos en Venezuela. Desde su nuevo proyecto “Humano Derecho Radio Estación”, en alianza con PROVEA, ha creado una ventana extra para que las noticias sobre las manifestaciones en el país sean cubiertas de manera más exhaustiva.
Además de la estación de radio se agrega a su plataforma informativa, por medio de Youtube, una sección audiovisual llamada “Humano Derecho Visión”. Esta nueva propuesta abarca, desde un punto de vista presencial, lo que ocurre en las protestas en abril del presente año. La finalidad de este segmento es transmitir de una manera mas accesible el tema de los Derechos Humanos, el acontecer nacional y temas políticos para incentivar una mayor participación ciudadana en el acontecer actual.
Melanio Escobar, periodista independiente, fundador de Redes Ayuda y director general de Humano Derecho Radio estación, será el guía informativo en este segmento. Dará explicaciones detalladas de cada suceso y mostrará más a fondo cómo se llevan a cabo cada uno de los temas a tratar, con una entrega quincenal por medio de los canales de difusion regulares de las ONG involucradas en pro de combatir la hegemonia comunicacional de la dictadura.
En su primer entrega, Humano Derecho Visión cuenta los hechos ocurridos en el oeste de Caracas los días 19 y 20 de abril. En consecuencia, presenta una gama de contenido audiovisual donde donde se especifica cuáles son los derechos humanos violentados.
Quincenalmente este segmento presentará cada compilación informativa de las protestas en ciertas localidades de la Capital. Mediante el canal de Youtube de Redes Ayuda podrán observar el video y, a través de las redes sociales de las ONG y Humano Derecho Radio (@RedesAyuda, @_PROVEA y @_HumanoDerecho), se colocarán las publicaciones sobre esta sección y noticias sobre el acontecer venezolano.
Poder hacer cosas innovadoras en Venezuela cada vez es mas difícil. Las precariedades de un sistema que está destruido por quienes fueron electos para construir, ha hecho de comunicar una tarea titánica. Aun así, todo lo malo que nos está pasando no es excusa para la mediocridad o para cruzarse de brazos hasta que las cosas mejoren. Es, en efecto, un incentivo a la creatividad, una imposición a mejorar. No podemos seguir confundiéndonos entre los que sin alma caminan por las calles: debemos buscar destacarnos y, sobre todo, alzar nuestra voz por cualquier medio posible.
Es por esto que, luego de 4 temporadas en Humano Derecho Radio hemos decidido ir a su versión 2.0, llevarlo mas allá. El primer intento fue con la primera versión de este fanzine, que nos ha permitido ir hasta las manos de quienes buscan una forma diferente de ver las cosas, un producto final de calidad con la vieja estética y formato que en nuestros años más mozos nos apasionaban. Para ir mas lejos, decidimos proponernos la tarea de crear un espacio donde no sólo sean nuestras voces las que logren llegar hasta tus oídos, sino la de todas las personas que están buscando hacer un cambio. De ahora en adelante en nuestra pagina web www.humanoderecho.com encontraran una propuesta diferente, amena y llena de contenido en audio: Ya no somos un programa, somos un megáfono de la sociedad, somos una radio estación.
Si estas cansado de la cultura de violencia que nos mantiene encerrados en nuestras casas, si te molesta la hegemonía comunicacional del Estado, la cual sigue apuntando como culpables de esta crisis al imperio norteamericano, la CIA, los empresarios, los liderazgos políticos, el paramilitarismo, la iguana, el niño o cualquier tontería que se inventen con tal de no asumir su responsabilidad; si estas en contra de las injusticias y quieres reforzar la verdad, si estas interesado en sumergir tu mente en la actividad social; si no toleras mas contenidos vacíos de farándula y cocina cuando en nuestro país no hay ni comida, entra en la web, prende la radio y se parte de esto.
Somos los sobrevivientes, los que quedamos, por las razones que sean. Estamos acá y mientras lo estemos, daremos la lucha contra la dictadura del siglo XXI y quienes la sostienen. Con investigación, análisis, con contenido, con asistencia y protección, con las ganas de sacar a una nación adelante. Somos los obreros, los maestros, los científicos, los cultores, somos la calle, el barrio, la urbanización y la quinta, somos quienes quieren y hacen el cambio, somos tú y estamos juntos.
Cuando el hampa es la cultura, los Derechos Humanos somos la contracultura. Esto es Humano Derecho Radio Estación.
Desde hace un tiempo se cree que vivir en Venezuela y representar su lucha viene siendo un acto de valentía y coraje, cuando para muchos de nosotros no existe otra opción que hacerlo. No hay más opción que pasar nuestros días sorteando criminalidad, inflación, falta de oportunidades y aceptar ningún tipo de proyecto futuro. Me he dado cuenta que, ninguno de los que nos quedamos somos héroes de la patria y tampoco los que se van son luchadores por enfrentar el exilio. Pareciera injusto, pero es así, ya que el hecho de estar en el país y trabajar por él no tiene que ver con el código postal que define tu dirección. Tampoco tiene que ver con la duración de tu pasaje, tus ahorros, o tu trabajo, con lo que sí tiene que ver es con que lleves a Venezuela en el corazón y pelees por ella desde cada rincón del planeta, eso incluye Montalbán, Petare, Bogotá y Recoleta.
Permanecer en el país es un asunto mental, y puedo entender al que se va. La vida es otra y las oportunidades de esparcimiento/crecimiento que te ofrece estar dentro de un sistema democrático y relativamente normal son tan variopintas que cualquiera se desconecta de sus raíces, en cierto punto, es sano. Esto pasa igual estando en dictadura, muy a pesar de los constantes problemas hay quienes deciden simplemente caminar sus días ignorando el fuego que le va quemando los pies, haciendo de ojitos locos ante la hambruna, la arbitrariedad y la muerte. Esos, tampoco viven en Venezuela, pero como dije antes, los que si vivimos en ella estemos dentro o fuera de su frontera, tenemos la ardua tarea de levantar la moral, de ser contestatarios, de no dejarnos pisar ni mirar como pisan a otros, esos, nosotros los que vivimos en Venezuela, dentro y fuera de ella, somos los últimos de los mohicanos, los que decidimos vivirla entera y luchar por ella.
En esta oportunidad, desde Alemania te mostramos el arte que refleja la historia que los supermercados del país repiten: la manipulación y el control social de la comida. Este arte tiene la intención de despertar las ideas en el mundo y voltear los ojos hacia este gran problema. Así como también, te mostramos a los que desde nuestra frontera día a día generan cambios y espabilan las conciencias todas las semanas; a través del programa de radio le damos vocería al que representa la voz de tantos que han sido tratados de ser callados, le damos durante media hora el espacio para que se expresen y motiven a otros con su ejemplo. Quedamos pocos y de eso se trata en estos momentos, no de cantidad sino de calidad, somos los sobrevivientes del apocalipsis, somos música, arte, cultura y activismo, somos la resistencia cívica a la dictadura, somos Humano Derecho.
In the lead-up to last year’s controversial elections, VICE News was on the ground in Venezuela with the activist journalists fighting against the censorship of the country’s dwindling free press.
In most democratic countries, a free press plays a critical role in restraining government power and blowing the whistle on abuses of authority.
In Venezuela, however, members of the media have long been subject to censorship and threats. The Venezuelan government has recently cracked down on independent newspapers and radio networks in an effort to silence any voices critical of the ruling left-wing party.
Desde el momento en que nos levantamos, sin quitar las lagañas de nuestros ojos, bombardeamos nuestra psiquis con el contenido de un aparato celular. La luz incandescente penetra la córnea hasta violar la corteza cerebral y empieza a inyectar información negativa de todas las tragedias que el momento histórico por el cual atraviesa Venezuela nos brinda. Es, simplemente, una sobredosis de miseria, hambre, pobreza, corrupción, mezquindad, desesperación y muerte. Sangre, linchamiento, robo, asesinato, políticos presos por actuar, presos endiosados por matar. ¡Boom! Lo estoy haciendo otra vez, estoy vaciando todo lo que destruye en estas primeras líneas para que en las siguientes paginas puedas disfrutar lo que construye, lo que hace un país, que aunque muchos equivocados piensen, no se basa en su geografía sino en su gente: El Ávila, las playas, el clima o el salto Ángel no nos definen, es un mapa, es todo y es nada en esta coyuntura tan complicada. Las mujeres más bellas es sólo genética, y un poco de estética. En cambio la República es de la inteligencia, del ser humano, de la convivencia, de la idea, del pensar, de expresarla, de alimentar el alma y sembrar conciencia.
Es por eso, que no podemos hablar de la crisis humanitaria en salud, promovida desde el Estado, sin mencionar a Doctor Yaso. Y es que, son culpables, culpables de brindar sonrisas a los niños que en hospitales, privados de cualquier solución médica a su padecimiento, pasan sus días más oscuros riendo con el Dr. CasiMiro. O cómo tratar el tema de la fuga de cerebros sin hablar con Alicia Hernández, quien hace mucho escapó su periodismo nativo en España para instalarlo en Venezuela. Es complicado abordar el tema del embarazo adolescente sin contar que con la lírica del rap, la fundación ArmoCultura enseña cómo evitar que te llamen papá o mamá sin siquiera ser mayor de edad. A veces nos frustramos con la delincuencia, sobre todo con su desenlace y es por eso que conversar con Roberto Patiño nos lleva a entender a Caracas como nuestro convive, mi convive, donde del mayor dolor podemos transformar el odio en acciones positivas. En fin, eso hacemos, en estas páginas, en radio con lo mejor de la música con actitud, en televisión, por nuestra APP, redes, en las organizaciones y en todos lados. Sabemos que has oído hablar de los problemas, nosotros te enseñamos quienes plantean soluciones. Somos el grito del que no tiene voz… somos Humano Derecho.
Entre las constantes injusticias que puede vivir el venezolano, hay un gran grupo de personas que trabajan con las uñas, con pasión y esperanza para ver que los derechos naturales sean bandera en un país donde la injusticia parece reinar. A continuación, les presentamos tres personajes que tienen un origen muy distinto, pero que los aconteceres los llevó a encontrarse mientras defendían los derechos humanos de los más afligidos.
Hoy, 10 de diciembre de 2015, se cumple 67 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que tuvo lugar en la ciudad de París durante 1948. Aunque suene a un antecedente muy lejano, es allí donde se encuentra la raíz de la pasión de tres personajes actuales que defienden los principios que nacieron hace 67 años en la Capital de las luces.
Melanio Escobar, es uno de estos personajes. El activista de derechos humanos es periodista. Pasó de organizar eventos musicales y escribir reportajes irreverentes en un semanario juvenil, a presentarse en conferencias frente a juristas. Sus tatuajes no le restaron seriedad. Cuenta que llegó al mundo de la defensoría “de golpe”, pues se vio envuelto en las detenciones arbitrarias durante las manifestaciones de 2014 en Venezuela, mientras intentaba buscar a un amigo que desapareció después de una marcha.
Con una manera de ser muy formal, está Nizar El Fakih, un joven abogado de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) que lleva ocho años -desde que era estudiante- defendiendo los derechos humanos. Hoy es especialista en las leyes que los defienden.
Su salto profesional, al igual que el de Melanio, se dio en el 2014 tras defender a 1.200 estudiantes que fueron detenidos “infundadamente”, según recalcó, durante las protestas antigubernamentales que se desataron en febrero. Ha sido reconocido por su participación en organizaciones internacionales durante la actual coyuntura social venezolana. Así, asegura, busca aportar su “grano de arena”.
Feliciano Reyna, es el tercer protagonista de este breve relato. El arquitecto, que siempre tiene una sonrisa en la cara, cuenta con 20 años de experiencia protectora que comenzaron con la pérdida de algunos amigos y de su pareja, fallecidos por los efectos del VIH/Sida. A pesar de que su lucha principal es apoyar a las personas infectadas por esta enfermedad, Venezuela lo llevó a “hacer redes por todos lados” y prestar sus servicios ante la incidencia pública.
Es así, como estos tres hombres forman parte de un gran grupo de organizaciones no gubernamentales (ONG) y defensores independientes que luchan para que la problemática de varios grupos sociales de Venezuela tenga cabida en las decisiones de los que tienen el poder.
El complejo camino de defender los derechos humanos
Como dice Nizar: “Trabajar con derechos humanos a veces es muy ingrato”. Quienes son veladores de que se siga respetando la declaración de 1948, son muchas veces atacados y acosados.
Melanio, luego de un suspiro profundo, expresó que la labor de defensoría de derechos humanos “da mucho miedo en un país como este. Es un camino que se recorre solo”. Cuenta que durante el auge de las manifestaciones de 2014, grupos antisociales le espicharon los cauchos de su carro antes de que saliera a buscar a unos muchachos en un centro de detenciones. Ha sufrido agresiones a sus familiares y amenazas de muerte.
“Esto último fue denunciado ante la fiscalía, pero ésta desestimó el caso sin siquiera tomarme las declaraciones”. Nizar, abogado de Melanio en el caso de su amenaza de muerte, no ha enfrentado ningún tipo de acoso o situación irregular personal mientras realiza su trabajo. Sin embargo, dice que: “Hay un contexto complejo en donde tenemos que desenvolvernos porque todos vivimos envueltos en una atmósfera de criminalidad. Los activistas, muchas veces decimos cosas que algunos no quieren escuchar y hay personas que creen que la violencia puede ser el camino para silenciar esa voz”.
Feliciano también se ha encontrado en situaciones complicadas. Todo empezó con un robo de equipos en marzo de este año, pero la intimidación pasó a mayores cuando fue perseguido desde el aeropuerto internacional por efectivos sin identificación que se encontraban en zonas restringidas del terminal. Cuando viaja le hacen un chequeo más largo de la cuenta. “En una ocasión dos funcionarios me dijeron que les daba mucha pena hacerme pasar por esa revisión pero que era una instrucción para molestar y para hacerme perder tiempo”.
A pesar de que sus casos personales parecen ser aislados, el trabajo de estos tres defensores se ve frenado por un mismo muro: la poca articulación de las organizaciones no gubernamentales con el Estado para mejorar la calidad de vida de los venezolanos.
Feliciano, quien tiene más experiencia en el área de la defensoría dentro de este trío, recuerda con nostalgia que hace diez años era normal reunirse con ministros y directivos de instituciones públicas para discutir y buscar soluciones a problemas que debían ser atacados con políticas públicas. Sin embargo, lo que ve ahora junto a Nizar, es un cierre absoluto del diálogo: “Son las dificultades tradicionales que se ven cuando hay un Estado que no está dispuesto a abrir los canales de entendimiento, que no está dispuesto a escuchar esa sociedad civil que está manifestando”.
Una agenda apretada e intermitente
En un país como Venezuela, ponerle el pecho a la defensoría de los derechos humanos es una tarea que necesita dedicación y disponibilidad de horario las 24 horas del día y los siete días de la semana.
“Por más que tengas una programación semestral o anual, van surgiendo todos los días focos y problemas en donde te necesitan o en donde tu trabajo es realmente necesario” dice Nizar. No importa si en la agenda tienes reservadas tres horas para registrar y documentar hechos irregulares, el activismo, como dice el abogado, es un “trabajo que consume mucho porque tienes que atender a la víctima en el momento en el que está sufriendo una situación y en ese momento es donde eres necesario, no después”.
Así mismo sucede con Feliciano. La agenda de este noctámbulo comienza en las oficinas de Acción Solidaria, una organización no gubernamental que promueve que quienes vivan con VIH/Sida cuenten con los recursos necesarios para llevar una vida activa sin ser discriminados. Se levanta temprano, y su labor se divide en prepararse para ofrecer un taller casi todas las semanas, haciendo conferencias internacionales por Skype (cuando no le toca alguno de los ocho viajes al exterior que le son obligatorios por trabajo). También debe encontrar espacio para hablar en diversos medios de comunicación en días especiales como el “Día Internacional de la Acción Contra el Sida”. Asegura que la conexión con la gente que se acerca al centro de apoyo no puede faltar, es lo que lo mantiene, insiste, “con los pies pegados en la cotidianidad de lo que pasa en la vida de las personas”.
Quien tiene un itinerario más estricto es Melanio. Su programa de televisión digital en VivoPlay y su espacio en la radio de RunRunes son actividades que manejan una pauta fija. Mata tigres produciendo material audiovisual en su oficina, mientras que eso “no le ocupe demasiado tiempo”. Eso sí, nunca deja por fuera su proyecto “Redes Ayuda”, una aplicación en donde se registra un mercado virtual para la compra y venta de medicinas, alimentos y productos que escasean, sin dar paso al bachaquerismo: “Tal vez no tengas la opción de regalar el paquete de pañales que compraste, pero si lo puedes vender al precio que lo adquiriste”, dice.
Estas agendas bastante apretadas, con sus diferencias, coinciden en la labor de defensoría que los tres tienen. Aunque estas labores no aumentan los bolsillos de los comprometidos voluntarios, Feliciano propone una idea que puede ser copiada por las diferentes ONGs que surgen en Venezuela: “Una organización debe ser pensada en un mediano plazo también como un espacio en quienes ahí trabajan, tenga una remuneración”. Él asegura que en Acción Solidaria han levantado recursos para ofrecer remuneraciones significativas a sus trabajadores y un poco más allá de los beneficios que obliga la ley.
Lo que queda, a pesar de los obstáculos, es la satisfacción de hacer un buen trabajo
La lista de momentos de dichas y gozo, que vienen directamente de su trabajo, es mucho más larga que la de los malos ratos.
“Las caras de agradecimiento de madres que me abrazaban llorando porque finalmente encontraron a sus hijos, así como lograr la libertad de ocho menores de edad y poder entregárselos a sus mamás en las manos, son cosas te cambian la vida”
Dice Melanio mientras sonríe
Más serio, pero haciendo énfasis en el trabajo en equipo, Nizar se mantiene impulsado por las más de 1.200 personas que pudo ayudar durante las manifestaciones de 2014: “A mí me toco coordinar un grupo de 25 abogados y más de 100 activistas, con el apoyo del Centro de Derechos Humanos de la UCAB. También me apoyé en profesores y abogados egresados de la UNIMET y de la UCV. Juntos conformamos un gran equipo que atendió a las personas que estaban siendo arbitrariamente detenidas y que no tenían manera de ser asistidas, muchos de ellos eran agredidos o torturados”
Por su parte, Feliciano recuerda sus inicios como activista y se sorprende al percibir lo que ha logrado: “Ver como esas vidas de las personas que iban a mi casa a buscar un medicamento (año 1996) y ahora siguen viviendo, es lo más satisfactorio” dice.
Mientras que Venezuela vive una fuga de cerebros, estos tres personajes se rehúsan a dejar el país. Feliciano destaca que, una de las mejores cosas que se le ha pasado en el ámbito de la defensoría de los derechos humanos es: “El encuentro con una cantidad de personas extraordinarias que están haciendo maravillas en el Venezuela”.
Con la conducción de Melanio Escobar (@melanioBar) y Rafael Uzcátegui (@fanzinero) sale al aire este domingo “Humano Derecho” a través de la web de runrun.es. Una propuesta de radio digital e irreverente que sonará bajo los acordes del rock y sus diferentes subgéneros.
“Humano Derecho” tiene como concepto transmitir, a través de la música, expresiones de la contracultura y el activismo.
Por esa razón, en todos los programas habrá conversaciones con invitados que rompen las reglas y crean, desde sus espacios, cosas para hacer de este un mejor mundo. Es gente interesante, soñando con un país distinto.
“Humano Derecho” pondrá a todos a actuar y tripear a ritmo del rock y la música hecha para romper guitarras. Así que desde el #19JL busca a los más destacados de este género por runrun.es.
El programa arranca con la participación del defensor venezolano de derechos humanos y presidente de Acción Solidaria por el VIH/Sida y Civilis, Feliciano Reyna, quien nos hablará de la música como medio para mover conciencias a favor de la lucha contra el VIH/Sida.
Reyna conversará también sobre su experiencia como activista. Escúchalo a través del canal de runrun.es, web que incursiona con este proyecto en la radio digital.
“Humano Derecho” te trae las opciones musicales que quieres oír, pero que por alguna razón no escuchas con frecuencia en las emisoras locales. Asimismo, contará con sus propios perles en redes sociales para una mayor interacción. Es una producción del Programa Venezolano Acción-Educación en Derechos Humanos (Provea) y la Organización Redes de Apoyo.
A este trabuco se suma Rafael Cadavieco, quien colabora en la grabación, edición y montaje.
Melanio Escobar es periodista independiente, activista de derechos humanos, fundador de@redesayuda y co fundador de YeaLab. También es productor audiovisual y actualmente se desempeña como Coordinador de Comunicación en la ONG Civilis.
Rafael Uzcategui es sociólogo, periodista independiente, defensor de DDHH y coordinador general de Provea. Se dene libertario y antimilitarista.
Síguele el rastro por @_humanoderecho y facebook/humanoderechoradio. Si quieres escuchar los archivos
del programa visita http://www.humanoderecho.com donde además te enterarás de noticias relacionadas
Ya desde el 6 de febrero de 2014 los estudiantes de varias universidades del estado Táchira organizaron acciones de calle que dejaban al descubierto los problemas de seguridad que rodean a los campus de las distintas casas de estudio. A medida que pasaron los días, las manifestaciones se multiplicaron en otros estados de Venezuela. Así empezó todo.
De vuelta al 12 de febrero y en coincidencia con la conmemoración del Día de la Juventud Venezolana, se convocó una marcha en Caracas. Leopoldo López, uno de los lideres de la oposición planteó la invitación. Ya al mediodía de ese #12F (como se conoció en redes sociales), se reportó el asesinato de dos personas, mientras que en la noche, la cifra aumentó a tres con el homicidio de un joven que manifestaba en las cercanías de la autopista más importante de Caracas, la Francisco Fajardo.
Los dos primeros asesinatos fueron reconstruidos por la Unidad de Investigación del diario Ultimas Noticias, lo cual trajo claridad al caso ante Las divergencias en las declaraciones del Estado. Del tercero poco se sabe.
A partir de ese 12 de febrero, las calles se calentarían más y comenzarían en todo el país detenciones a los manifestantes. Debido al clima de incertidumbre ante una situación que resultaba completamente nueva en la historia reciente venezolana, muchos de los jóvenes que se llevaban detenidos no sabían que hacer ni cómo era el proceder jurídico, menos sus familiares.
«Mi frustración fue saber que quienes habían secuestrado a mi mama estaban libres y mi amigo que protestaba fue detenido. entonces mi reacción natural fue buscar respuestas; vi que Melanio Escobar era amigo de este amigo que apresaron y le escribí por Twitter para que me mandara su número. Comenzamos a hablar, mi instinto fue pedir nombres de los detenidos, la verdad es que no sabía qué iba a hacer con eso». Así detalla Laura Solórzano el comienzo de lo que dos meses después sería una red de personas que con una disposición de casi veinticuatro horas, más un uso diligente de las redes sociales, se puso al servicio de los detenidos en las protestas estudiantiles.
Los primeros días fueron caóticos, apenas podían organizarse en una labor que resultaba inédita. A ese «matrimonio» que se formalizó el 14 de febrero en los tribunales, día en el que el amigo en común de Laura y Melanio sería presentado ante la justicia, siguieron noches en vela y largas conversaciones telefónicas con los familiares de otros detenidos.
Luego de este encuentro se fueron estableciendo las dinámicas y se constituiría el equipo que hasta ahora se ha encargado de defender los derechos humanos de aquellos privados de libertad durante las protestas de los meses de febrero, marzo y abril en Venezuela.
Melanio y Laura se dieron cuenta de que para que aquello funcionara uno debía estar en la calle buscando la información, mientras que el otro la recibía y publicaba en su Twitter. Respectivamente, asumieron sus roles acompañados de los abogados de la asociación civil Foro Penal Venezolano (FPV), Miguel Pizarro, dipútado ante la Asamblea Nacional y el centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).
Él salía a la calle a buscar información de los detenidos. Ella la recibía, organizaba y difundía. Laura Solórzano cuenta que al principio todas las anotaciones, las llevaba en un cuaderno hasta que la cifra de detenidos empezó a aumentar y requirieron de una base de datos para respaldar el trabajo que hacían.
Laura es activista por los derechos humanos desde los quince años. Melanio desconocía del tema y antes del #12F se dedicada a su hijo y a su trabajo como realizador audiovisual, ahora cuenta que su gran pasión son los derechos humanos para lo cual está empezando a educarse.
Y EN EL RESTO DEL PAÍS, ¿QUE? Las protestas no se limitaban sólo al estado Táchira (donde todo comenzó) o en Caracas. Mérida, Zulia, Bolivar y Nueva Esparta son estados en los que también se registraron detenidos y hasta allí se ha extendido la red que Laura y Melanio empezaron a tejer.
«Tenemos una lista de confirmadores que son usuarios, no necesariamente son periodistas, que comparten información verificada en sus estados porque a su vez crearon redes de ciudadanos y estudiantes. También tenemos los fotoperiodistas que a través de sus cuentas de Twitter nos mantienen informados de lo que sucede, explica Solórzano.
Asimismo, las mamás de los jóvenes que han sido detenidos crearon redes de ayuda y entre ellos manejan y comparten listas de detenidos ya verificados.
EN EL LUGAR DE LOS HECHOS. Melanio Escobar conoce las paredes de los tribunales tanto como los abogados. Allí ha pasado horas con los familiares de los detenidos en las protestas que se han desarrollado en Venezuela desde febrero de 2014.
Detalla la situación que se vive dentro de las instalaciones de justicia así; «A los detenidos los incomunican desde el momento de la aprehensión hasta que son llevados a tribunales, en pocos casos se les da acceso a los abogados para que verifiquen la integridad física de ellos apenas les dejan un período de cuarenta y cinco minutos o una hora para hablar con grupos que van de veinte hasta cuarenta personas, entonces, imagínate el poco tiempo que tienen los abogados para ir uno a uno a ver cómo están y construir los casos.
Esa incomunicación dificulta el trabajo de los defensores, sin embargo, destaca el compromiso de estos profesionales en la protección de los detenidos al demostrar en la mayoría de los casos que no hay causa para su detención. La presencia de Melanio no pasa indiferente, algunos padres y familiares de los detenidos saben quién es, mientras que para otros es un total desconocido que permanece en la misma espera de ellos. «Algunos padres me agradecen y otros a veces ni siquiera saben que hago allí, pero al final lo que importa es estar y que pueda acompañarlos y guiarlos para que vean dónde están sus hijos y cómo es el proceso de injusta detención que viven», comenta.
AMANECIÓ DE GOLPE 167 personas detenidas se contabilizaron el 24 de febrero de 2014. Se había convocado a una gran barricada en el país. El teléfono de Laura no paraba de sonar, eran las 5:30 de la mañana cuando se percató de lo que estaba sucediendo. Así inició la jornada de ese día para rastrear cada nombre y estatus de los que habían apresado y no se sabía dónde estaban.
«Llamé a Melanio, a Pizarro, a Gonzalo Himiob de FPV para despertarlos y plantearles la situación. A las diez de la mañana teníamos en una lista mas de 100 nombres de personas detenidas pero no sabíamos donde estaban; ese fue el día de mayor locura y caos que hemos tenido. Luego el 6 de marzo también se registraron muchísimos detenidos, casi ochenta precisa Solórzano, quien acota que ante los cambios de las rutinas todos los miembros del equipo han demostrado una capacidad de adaptación muy rápida, lo que facilita el establecimiento de nuevas estratégias para tratar el conflicto si así fuese requerido.
EN PALABRAS DE MELANIO: «Es absurdo que los organismos de seguridad mantengan incomunicados a los familiares y abogados de los detenidos, es absurdo que se cree esa zozobra, ese silencio, cuando estamos sufriendo una serie de factores sociales que tienen que ser escuchados y no callados con represión
EL EQUIPO: Laura Solórzano, Melanio Escobar, Nizar El Fakih abogado de centro de DDHH de la UCAB, Miguel Pizarro y su equipo, y usuarios de Twitter en el resto del país.
Melanio Escobar no es ningún seudónimo, es el nombre legal visto por muchos como referente de una generación. Desde los 16 años asumió el reto de trabajar en medios de comunicación y «enfrentar la calle» como él lo resume. La mitad de su vida ha transcurrido en constante ex posición, quizá los tatuajes y su actitud le ayuden a hacer realidad el mito pero hay mucho mas allá del piercing y los lentes de pasta. Contrario a lo que muchos pueden pensar, este fanático del rock y el punk dejó el cigarro hace unos cuantos años y cambió las botellas de ron por nutritivo cereal. Pudiera ser que la llegada de su hijo tuviera que ver con esto. Sin embargo, no se trata de un «ablandamiento», al contrario, su nuevo heredero es ahora un motor para impulsar cambios y un punto de quiebre que lo llevo a asumir una lucha por su país con carácter personal.
Ya en 2007 Melanio Escobar apoyaba al movimiento estudiantil y aunque las mareas «subían y bajaban» cada año, insistió en perseguir el activismo político, no dejar de cuestionarlo todo y alzar la voz contra un sistema de gobierno que, en su opinión, «trabaja de forma incorrecta para todo un país».
El asunto es complejo: «Al ver que en febrero de 2014 comienzan a desaparecer personas, aunado a un caos en el que nadie informaba con responsabilidad, me sentí en el deber de salir y hacer este trabajo», afirma Melanio. También aclara que pudo haber encontrado a sus amigos y dejarlo hasta ahí, pero decidió continuar apoyando a todos los estudiantes detenidos por un compromiso «moral» consigo mismo. «Mientras hablamos, hay 72 personas detenidas que necesitan comida, soporte legal, respaldo a sus familiares y lo más importante… apoyo moral. Esto le ha llevado a sumar esfuerzos y emprender un trabajo de soporte con una ONG que le permita organizar un verdadero equipo en esta materia. Melanio asegura que la ciudadanía fue abandonada por un gobierno y un sistema político.
En la actualidad Melanio se encuentra a cargo de importantes proyectos audiovisuales para varias marcas. Atrás quedó la obscuridad del backstage y los teloneros malportados. Escobar comenta que una de las lechugas que controlan a este país, terminó por acabar con las pequeñas y medianas productoras de eventos: «con un precio del dólar que vive en incógnita constante es imposible hacer conciertos». Hay una suerte de nostalgia en el ambiente por esa época dos milera, puede que sea porque los que ahora son jóvenes no tienen mayor referencia de lo que era la urbe antes de 1998. El primer encuentro de Melanio con la vida nocturna fue el local Norte 6, en plena Avenida Baralt. «Extraño la Venezuela del 2000, salías con precaución, pero había calle, había posibilidades. Siento que podemos recuperar eso». Le preocupa mucho cuando llegue el momento en que su hijo le pida permiso para salir, si a la violencia actual no se le pone un parado. «Cualquier psicólogo puede dar un parte de las consecuencias de este estado de terror en el que vivimos a diario».
Melanio asegura que aún no ha salido del todo ese verdadero «animal politico» del que hablaba Aristóteles. Para él, Venezuela necesita que los que quieren sumar por un mejor país se enserien en pro del cambio. Mientras lo hace, también libra una causa incluso más particular por contrarrestar los prejuicios entorno a los tatuajes y las modificaciones corporales. «Mi trabajo responsable, constante y honesto hace que todo trascienda más allá de mi imagen. Llegaré hasta donde las personas me dejen llegar… »