Etiqueta: represion

  • Aumenta la represión: 850 personas han sido arrestadas en protestas contra Maduro

    Aumenta la represión: 850 personas han sido arrestadas en protestas contra Maduro
    Fuente: NTN24

    En el informe detalla que el mayor número de arrestos se presentó en Distrito Capital con 171 personas detenidas hasta el pasado sábado 26 de enero, seguido por el estado Aragua con 112 detenidos.

    850 personas han sido detenidas desde el 21 hasta el 28 de enero en el marco de las protestas contra el gobierno de Nicolás Maduro.

    Alfredo Romero, director del Foro Penal, informó que de 850 detenidos, 703 ya han sido imputados y siguen privados de libertad bajo cargos como obstrucción de la vía pública, desacato a la autoridad, instigación pública, agavillamiento y en los casos más graves se imputa terrorismo.

    Por su parte, Gonzálo Himiob, aseveró que para estos presos políticos se ha designado como centro de reclusión como la cárcel de Yare o El Rodeo.

    La directiva del Foro Penal precisó que existe un nuevo patrón en materia de detención de los manifestantes. “A las personas se las va a buscar a sus casas a través del uso de irrupción violenta a las viviendas sin orden de captura ni de allanamiento”.

    Romero detalló que hasta el momento existen 77 menores de edad privados de libertad y los mismos están siendo enviados a centros de reclusión propios para menores o siguen en el mismo lugar donde permanecen detenidos.

    Himiob recalcó que en Venezuela no existen centros de reclusión para recibir este volumen tan importante de detenidos.

    Marino Alvarado, coordinador de investigación de Provea, destacó que 23 de enero fue el día con mayor cantidad de detenciones en la historia de Venezuela. Alvarado precisó que la zona metropolitana de Caracas es el lugar donde ha habido más detenciones, el segundo estado es Aragua mientras que el Zulia ocupa el tercer lugar.

    Rafael Uzcátegui, coordinador General de Provea, especicó que 35 personas fueron asesinadas en el contexto de las protestas contra Maduro en todo el país.

    Melanio Escobar, director de Redes Ayuda, denunció el bloqueo selectivo de redes y portales noticiosos en Venezuela. “Ya estamos acostumbrados a que la hegemonía comunicacional del Estado controle todos los medios tradicionales y los que no logró controlar los asxió para que no pudieran salir más al aire o para que no pudieran imprimir sus periódicos”, expresó.

    El Estado se ha encargado crear marcos legales como la Ley contra el Odio para disfrazar la censura que ha mantenido a los venezolanos lejos de la información. También piensan presentar un anteproyecto ante la ANC llamado Ley del Ciberespacio para instar a delatar a voces disidentes.

    “Este mes han realizado el avance de censura más audaz que tiene la dictadura de Nicolás Maduro”.

    Redes como el Twitter, Instagram, Facebook y YouTube caen de manera selectiva por orden de Conatel, “los venezolanos no tenemos acceso a la información a través de las redes sociales y esta es una manera de violar el derecho a la información y a la expresión”.


  • GNB golpeó y robó a señor durante represión en alrededores del CCCT

    GNB golpeó y robó a señor durante represión en alrededores del CCCT
    Fuente: El Nacional

    La Guardia Nacional Bolivariana (GNB) agredió físicamente y robó a un hombre de edad avanzada en las inmediaciones del Centro Comercial Ciudad Tamanaco (CCCT) este miércoles, reportaron usuarios de la red social Twitter con varios videos.

    “No me llevaron porque me quedé agarrado, me patearon y me pegaron la bomba”, expresó la víctima en un video.

    Trascendió que los funcionarios le robaron un bolso, el celular y la cartera con 10.000 bolívares.

    La GNB se traslada por la zona desde tempranas horas de la mañana y reprime a los manifestantes que se concentraron para realizar el Plantón convocado por la Mesa de la Unidad.


  • VIDEO: GNB rompe violín a joven músico durante protesta #24May

    VIDEO: GNB rompe violín a joven músico durante protesta #24May

    Este miércoles, durante la protesta convocada por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que pretendía llegar hasta la sede del Consejo Nacional Electoral, con la finalidad de defender el voto, fue reprimida como es costumbre, por los cuerpos de seguridad del estado.

    En el sector Altamira en Caracas, un joven que se ha manifestado numerosas veces, de manera pacífica interpretando el violín, se vio afectado emocionalmente, luego que un funcionario de la Guardia Nacional le rompiera su instrumento.

    Con lágrimas en sus ojos, Wuilly Arteaga expresó “Me reventaron mi violín, hasta cuándo vamos a estar con esto”, mientras era consolado por un manifestante encapuchado.

    Por su parte, Melanio Escobar, fundador de la Organización No Gubernamental RedesAyuda, dijo a través de su cuenta en Twitter que logró ponerse en contacto con el joven violinista, pero que lamentablemente, también le habían robado su celular, “La GN siendo GNB” señaló.

    “Hagamos una colecta para comprarle otro violín y mejor que el que la GNB le rompió al joven violinista que nos ha inspirado en las marchas” instó Escobar en un tuit que fue difundido más de 900 veces.

    Cabe destacar, que días atrás, el mismo joven junto a su compañera clarinetista, tocaban una pieza en una marcha frente a uniformados de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), quiénes les lanzaron bombas lacrimógenas para dispersarlos.


  • De la represión a la acción

    De la represión a la acción
    Fuente: Tal Cual

    Durante un mes hemos visto una represión brutal por parte de los efectivos de seguridad del Estado en contra de la sociedad civil que sale a reclamar sus derechos, que sale a las calles de manera pacifica, democrática y constitucional a decirle en su cara a la dictadura, que no los queremos más que debemos tener elecciones, que queremos a los presos políticos fuera de reclusión, que queremos se abra un canal humanitario para subsanar un poco la terrible escasez de medicinas y alimentos que no queremos más muertes, que queremos una vida normal, queremos peos normales. Ya basta de estar sometidos ante el totalitarismo que por cualquier mediotrata de permanecer en el poder, siendo unos pocos, su cúpula corrupta y asesina los que pueden vivir en la catástrofe más grande que ha sufrido la república.

    Desde la ONG que dirijo, RedesAyuda, y en el marco de nuestro proyecto periodístico Humano Derecho, hemos registrado, no solo las voces de la sociedad civil en las calles, sino el actuar ilegal por parte de la GN/PNB en el área del control de manifestaciones, quienes han venido utilizando los métodos no letales» de dicho marco de control para todo lo contrario: causar el mayor daño posible. En el mismo parte del Ministerio Püblico se denuncia la muerte de un adolescente el 26 de abril en El Valle por asfixia a causa del uso excesivo de gas lacrimógeno en una manifestación. Ya quedará por parte del Ministerio Público darle conclusión al asesinato del joven Pernalete de la Unimet, los testigos señalan que murió por la consecuencia del impacto a quemarropa de una bomba lacrimógena. Y es que en rueda de prensa, 7 ONG de Derechos Humanos hicimos la denuncia, con pruebas irrefutables y que están disponibles a consulta en nuestro sitio web www.redesayuda.org, que estos efectivos disparan de manera horizontal estos gases para – y repito- causar el mayor daño posible a quienes en la calle expresan sus ideas, a quienes su perfil democrático no les permite concebir una Venezuela distinta a una en libertad.

    Ese día fijamos nuestras exigencias y condiciones básicas para recobrar el hilo democrático, tiene que haber respeto al Parlamento tenemos que estar sin un Tribunal Supremo de Justicia parcializado y a merced del Ejecutivo, tiene que haber elecciones, y es que es claro que sin Parlamento que represente la voluntad de los ciudadanos no puede haber democracia, y sin democracia no hay derechos humanos. Habiendo dicho esto, lo que se viene advirtiendo es ahora una realidad: vivimos en dictadura y como sociedad tenemos que luchar por los principios democráticos, de la forma en la que hemos venido haciéndolo, pacifica pero con firmeza, siempre con nuestros valores y la verdad de nuestro lado. Nosotros podemos, somos más. 


  • He visto muchas cosas

    He visto muchas cosas
    Fuente: Tal Cual

    Melanio Escobar, 28 años, periodista independiente, participa en el Centro de Derechos Humanos de la UCAB; productor audiovisual. Nunca pensó que saber que iba a ser padre y los acontecimientos del 12F cambiarían su vida de manera radical. Su única arma: el Twitter 

    -¿De dónde vienes? 
    Tengo 12 años ejerciendo el periodismo, ejercí antes de estudiar la carrera, a los 16 años comencé escribiendo en la revista Lánzate, hacía entrevistas a artistas internacionales como Molotov, Aterciopelados, eso me atrapó y decidí estudiar la carrera. Me tomó 10 años terminar porque yo pagué mis estudios y tuve que separarme para trabajar, lo hice en Urbe como redactor principal casi 5 años, hice trabajos de investigación, etc. 

    -¿El ser papá te cambió la vida? 
    Cuando la vida me trae la sorpresa de que voy a ser papá di un giro de 180°, ya no podía seguir mi estilo de vida que era el rock, la música, los conciertos, la noche, un trabajo libre que te permite rumbear mientras estás trabajando. Decidí buscar un camino más estable y concentrarme en producir dinero y en la estabilidad del hogar: Esto me creó una sensación de responsabilidad conmigo mismo, con mi familia y te lo cuento porque cuando sucede el 12F, cuando empiezo a investigar las desapariciones forzosas de los estudiantes detenidos durante las manifestaciones, lo que me obliga viene de esta responsabilidad que vengo aprendiendo desde que me enteré de que iba a ser papá. 

    -¿Cómo comienza tu labor a partir del 12 de febrero? 
    Desaparecen dos amigos míos, me comunico con la mamá de uno de ellos que me preguntaba dónde estaba su hijo y no sabía responderle. Me puse en sus zapatos. Los medios de comunicación no estaban transmitiendo información y la gente no tenía nada más que el Twitter y era una información que se escondía detrás de rumores, amarillismo, exageraciones, miedo, nerviosismo propiciado por la misma desinformación. Me puse las pilas y comencé a averiguar dónde la Guardia Nacional hacía las detenciones, me fui al Core 5 y ahi estaban mis dos amigos y 24 chamos más. Comencé a informar a través de Twitter dónde los conseguía, pero seguían saliendo más desaparecidos que no estaban en esas listas. Conseguí a los muchachos que estaban en el CICPC, ¡42 personas detenidas en un solo día de manifestaciones! De ahí salen los seis del 12F que son a quienes culpan de la quema de las patrullas del CICPC, de ese grupo todavía están detenidos Marco Coello y Christian Holdack y van a juicio porque son necesarios para inculpar a Leopoldo López que, presuntamente, es el instigador y los dos detenidos son los presuntos instigados, aunque hay personas que se han declarado culpables y sus declaraciones han sido desechadas porque hay saña para inculpar a Leopoldo y esas personas que se culpan son adeptas al oficialismo, inscritas en el PSUV y eso tumba toda la teoría de que Leopoldo es el instigador.

    -¿Qué has aprendido de esta experiencia? 
    La responsabilidad que hay que tener al difundir una noticia, una información, porque vivimos en un estado constante de sospecha, no se puede hablar libremente por las redes sociales y la libertad de expresión está en hablar sin miedo a las consecuencias. Yo podría hacer denuncias con nombre y apellido de cosas muy fuertes que he visto durante estos cinco meses, pero no las he hecho porque me dan miedo las represalias que pueda tener porque hay una evidente represión judicial y física. En Venezuela no tenemos garantizado el derecho a la vida, en lo que va del mes de julio en Caracas ha habido más de 145 muertes violentas, casi lo que ha habido en Gaza con misiles, bombas…

    -¿Te imaginaste este cambio en tu vida? 
    Pense que mi vida iba a ser mantenerme toda la noche despierto rockeando, tocando, cubriendo las mejores fiestas y resulta que me tocó estar despierto porque mi bebé estaba llorando. Cuando yo soñaba que iba a salir en las revistas con mi música y mi guitarra terminé atendiendo los casos de muchachos torturados, desaparecidos. Es un sacrificio, yo vivo con miedo de que me pase algo, a mi familia, pero más miedo me da vivir bajo este castigo de país que tenemos actualmente que no es la Venezuela que nos merecemos ni es la que teníamos y espero que no sea la que sigamos teniendo. 

    -La experiencia más dura. 
    He visto muchas cosas: golpes, marcas de torturas, ojos morados, costillas destrozadas, chamos con infecciones en las piernas por los perdigones, pero nada como las heridas emocionales, las de los padres y las madres cuando uno ve como se les va el alma. @melaniobar «Mucho dolió ver a James llorar, no se imaginan lo que es ver a la madre de un estudiante cuando le dicen que va para Yare». 

    -¿Qué hay que hacer? 
    Si no nos damos la mano como venezolanos no vamos a poder sobrevivir a la época tan dura que nos esta tocando, tenemos un gobierno que ha demostrado que no le interesa el bienestar social del país, se ve beneficiado por la degeneración de la sociedad venezolana, es un estandarte de la revolución bolivariana, y tenemos una oposición que si bien está luchando desde su tribuna, se encarga de su lucha política. Los venezolanos de a pie, los que no somos políticos, no estamos en una posición de poder, padecemos una serie de cosas que nos están golpeando muy duro: la falta de medicamentos, la inseguridad, la indefensión contra un sistema judicial viciado que enjuicia a personas por pensar diferente o por estar pasando por el lugar equivocado. Los venezolanos para recuperar un país coherente tenemos que ponernos manos a la obra, ponernos a trabajar para poder combatir esta degeneración que tenemos.


  • Venezuela contra los jóvenes

    Venezuela contra los jóvenes

    Despues de dibujar una cartulina con la palabra «Libertad» en letras amarillas, azules y rojas, Geraldine Moreno bajó de su departamento y con cuatro amigos se quedaron en la vereda, frente a su edificio, sumándose al resto de los vecinos del barrio que habían salido a las calles de Naguanagua, un municipio tres horas al oeste de Caracas. Eran las 8 de la noche del 19 de febrero y estaban protestando, como en el resto de las ciudades de Venezuela, contra la inseguridad, la inflación y el desabastecimiento de comida y medicamentos, cuando por la esquina apareció una brigada antimotines de la Guardia Nacional armada con gases lacrimógenos y escopetas con perdigones de goma y metal, disparando contra la gente. 

    La turba empezó a correr para resguardarse, pero mientras trataba de escapar, Geraldine se tropezó y cayó. El aire se había nublado por los gases y, cuando Geraldine se quiso levantar, un militar le disparó en la cara. Con la cara destrozada, la llevaron a un hospital donde la operaron dos veces, pero murió tres días después: la descarga del arma le había desprendido el cerebro y uno de sus globos oculares. 

    Geraldine tenía 23 años, estaba cursando quinto año de biología celular, entrenaba para jugar los clasificatorios de fútbol de salón de la Universidad Arturo Michelena y fue la segunda joven asesinada en el estado de Carabobo en menos de una semana. El 19 de febrero, Genesis Carmona, una chica de 22 años que estudiaba marketing y había sido elegida Miss Turismo Venezuela, había muerto de un disparo en la cabeza después de que una brigada motorizada de autodefensa del Gobierno -los denominados «circulos bolivarianos», formados para «hacer cumplir el plan de la patria»: más de 2,3 millones de civiles en el territorio venezolano, que la oposición asegura están armados- embistiera a balazos contra una concentración opositora. Desde su cuenta de Twitter, el gobernador Francisco Ameliach había llamado a que los partidarios del chavismo prepararan el «contraataque fulminante a los fascistas». 

    Desde entonces, en otras veintitrés ciudades venezolanas, miles de jóvenes universitarios salieron las calles a protestar contra la represión y una espiral de violencia que se había empezado a encender unos días antes en San Cristóbal, la capital del Táchira, una provincia a 800 kilómetros de Caracas, después de que intentaran violar a una chica en la Universidad de Los Andes el 12 de febrero. Sus compañeros habían salido a protestar contra la inseguridad y la policía los reprimió, llevándose detenidos a tres estudiantes por alteración del orden público. Al cierre de esta edición, ya sumaban 31 muertos según la Fiscalíia General y un número indeterminado de heridos. Se trata, en su mayoría, de estudiantes caídos por impacto de bala en enfrentamientos con los organismos de seguridad del Estado. Y la Comisión de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello registró más de 1.600 detenciones desde el 12 de febrero: casi todos estudiantes, acusados de cargos como asociación para delinquir, conspiración y alteración del orden público. El periodista Melanio Escobar integra esa comisión y cuenta que cuando los jóvenes son aprehendidos, no los dejan comunicarse con un abogado o sus familias durante las primeras 48 horas, mientras aguardan quedar a la orden del Ministerio Público. La Comisión denunció treinta casos de torturas a estudiantes detenidos en las protestas y están verificando otros 170. «Tengo seis estudiantes sin respuesta procesal desde el 12 de febrero, que han sido arrodillados durante cinco horas, golpeados y bañados en gasolina para obligarlos a asumir responsabilidades», cuenta Escobar. Entre las denuncias de tortura hay una sobre un estudiante que fue violado con un rifle FAL por un Guardia Nacional.

    Como en las revueltas de Medio Oriente, las redes sociales han tenido un rol fundamental en la crisis para la circulación de información. Los medios audiovisuales, en línea con el Gobierno, no cubren los hechos, de manera que Twitter y Facebook se han vuelto el único camino para difundir las informaciones. Y la respuesta del Gobierno ha sido bloquear intermitentemente, a través del proveedor estatal de internet, el acceso a sitios como Zello, TunnelBear, Twitter o Tuitpic. «A cada conspiración contra la patria, la respuesta será más radicalización de la revolución, declaró el presidente del Parlamento venezolano, Diosdado Cabello, en su programa Con el mazo dando, transmitido en el canal del Estado. 

    «No pedimos la renuncia del Presidente, sino medidas contra la inflación, seguridad en las universidades, cese de la represión y desarme de los grupos paramilitares», explica Juan Requesens, estudiante de Ciencia Política y presidente de la Federación de Centros Universitarios de la Universidad Central. «Seguiremos en la calle hasta que nos den respuestas, las muertes de nuestros compañeros en las protestas no quedarán impunes».

    Pero el gobierno hasta ahora sólo ha reprimido y criminalizado las protestas. «La cárcel le espera a los fascistas que perturben la paz», declaró el presidente Nicolás Maduro tras los disturbios, y después acusó a la derecha de instigar su derrocamiento, aunque su partido controla el Poder Legislativo, el Judicial y, salvo en tres provincias, todos los gobernadores están de su lado. 

    El 13 de febrero, mientras varias universidades se unían a las protestas pidiendo la liberación de los estudiantes, la respuesta del gobierno fue militarizar San Cristóbal con tanques y efectivos armados. Sin embargo, ver hombres de verde en las calles no es raro en Venezuela. En el supermercado los militares requisan a la gente al entrar y, al salir, verifican que nadie haya comprado más de lo permitido. 

    Antes de su último viaje a Cuba, ya agonizante por su cáncer, Hugo Chávez se encargó de señalar a Maduro como su sucesor. Tras su muerte, el 5 de marzo de 2013, con el lema «Chávez, te lo juro, mi voto es para Maduro», su elegido ganó las elecciones presidenciales de abril por apenas el 1,49 por ciento de diferencia frente al opositor Henrique Capriles.

    Y aunque Maduro trató de recrear la mística chavista diciendo que el ex presidente le había hablado a través de un pajarito, por ejemplo, la economía siguió descontrolándose. Durante los catorce años de Chávez en el poder, el precio del petroleo -casi el único recurso de producción naciona-l fluctuando alrededor de los 115 dólares por barril contuvo a una sociedad cuya ciento de los bienes de consumo. Sin embargo, desde que asumió Maduro, el erudo fue bajando su cotización y no se vende a más de 100 dólares, obligando al Gobierno a reducir las importaciones, llevando a la desaparición de insumos básicos como papel higiénico, leche, carne o azúcar. Además, la economía alcanzó precios inflacionarios sin precedentes en la historia de Venezuela: en enero del año pasado, un kilo de cebollas costaba 20 bolivares (3,2 dólares), a fines de marzo costaba 110. 

    El paisaje se completa con la expropiación de empresas privadas, el cierre de medios de comunicación criticos al chavismo -más de 48 frecuencias radiales que pasaron a manos amigas del Gobierno, o la compra de canales como Globovisión en 2013- y la inseguridad. Según cifras ocurrieron 24.763 homicidios sólo en 2013: unos 79 por cada 100 mil habitantes. Y el Ministerio de Interior y Justicia ha admitido que el 93 por ciento de los casos nunca se resuelven. 

    Víctor Alfonso, militante de la juventud del Partido Socialista Unido, dice que los opositores exageran. «Yo miro bien las razones de la protesta opositora y en Venezuela hay libertad de expresión, que ellos [los opositores] están ejerciendo con violencia, matando personas», sostiene. Y se pregunta por qué quienes hoy adversan a Maduro, no manifestaban cuando «había fosas comunes y [el ex presidente venezolano en 1974 y 1989] Carlos Andrés Pérez mandaba a retirar los periódicos que publicaban la cantidad de muertos».

    En los últimos diez años, en Venezuela han ocurrido frecuentes movilizaciones en rechazo a la gestión chavista. De las más severas, las de 2007: cuando las calles se Ilenaron de gente para repudiar el cese de la concesión al canal RCTV. Antes, en abril de 2002, Chávez había sido victima de un golpe de Estado cuando -en pleno paro nacional- el entonces ministro de la Defensa, Lucas Rincón, anunció en cadena televisiva que «se le solicitó al Presidente la renuncia a su cargo, la cual aceptó» y los militares disidentes instalaron un Gobierno de facto encabezado por Pedro Carmona, dirigente empresarial en ese momento. 

    Y aunque Maduro ha acusado a los estudiantes que se manifiestan de ser partícipes de «un golpe de Estado en desarrollo», cada vez más sectores de la sociedad venezolana se han adherido a las protestas. «Músicos de todo el país están en los autobuses, en las plazas y donde haga falta, protestando sin violencia y buscando fortalecer el tejido social desde el campo cultural», dice Félix Allueva, representante del movimiento «Músicos en la calle», que salió a apoyarlos. Pero tal vez el caso más notable sea el de Horacio Blanco, frontman de Desorden Público, una mítica banda venezolana de ska, conocida por sus letras contestatarias desde que fue fundada en 1985. Aunque ha sido un aliado del chavismo y ha participado en shows organizados por el Gobierno, en los últimos días, en su cuenta de Twitter escribió: «Ver policías/militares pateando estudiantes fue algo que me indignó en los 80, en los 90, en los 2000 y también HOY».