Melanio Escobar, 28 años, periodista independiente, participa en el Centro de Derechos Humanos de la UCAB; productor audiovisual. Nunca pensó que saber que iba a ser padre y los acontecimientos del 12F cambiarían su vida de manera radical. Su única arma: el Twitter
-¿De dónde vienes?
Tengo 12 años ejerciendo el periodismo, ejercí antes de estudiar la carrera, a los 16 años comencé escribiendo en la revista Lánzate, hacía entrevistas a artistas internacionales como Molotov, Aterciopelados, eso me atrapó y decidí estudiar la carrera. Me tomó 10 años terminar porque yo pagué mis estudios y tuve que separarme para trabajar, lo hice en Urbe como redactor principal casi 5 años, hice trabajos de investigación, etc.
-¿El ser papá te cambió la vida?
Cuando la vida me trae la sorpresa de que voy a ser papá di un giro de 180°, ya no podía seguir mi estilo de vida que era el rock, la música, los conciertos, la noche, un trabajo libre que te permite rumbear mientras estás trabajando. Decidí buscar un camino más estable y concentrarme en producir dinero y en la estabilidad del hogar: Esto me creó una sensación de responsabilidad conmigo mismo, con mi familia y te lo cuento porque cuando sucede el 12F, cuando empiezo a investigar las desapariciones forzosas de los estudiantes detenidos durante las manifestaciones, lo que me obliga viene de esta responsabilidad que vengo aprendiendo desde que me enteré de que iba a ser papá.
-¿Cómo comienza tu labor a partir del 12 de febrero?
Desaparecen dos amigos míos, me comunico con la mamá de uno de ellos que me preguntaba dónde estaba su hijo y no sabía responderle. Me puse en sus zapatos. Los medios de comunicación no estaban transmitiendo información y la gente no tenía nada más que el Twitter y era una información que se escondía detrás de rumores, amarillismo, exageraciones, miedo, nerviosismo propiciado por la misma desinformación. Me puse las pilas y comencé a averiguar dónde la Guardia Nacional hacía las detenciones, me fui al Core 5 y ahi estaban mis dos amigos y 24 chamos más. Comencé a informar a través de Twitter dónde los conseguía, pero seguían saliendo más desaparecidos que no estaban en esas listas. Conseguí a los muchachos que estaban en el CICPC, ¡42 personas detenidas en un solo día de manifestaciones! De ahí salen los seis del 12F que son a quienes culpan de la quema de las patrullas del CICPC, de ese grupo todavía están detenidos Marco Coello y Christian Holdack y van a juicio porque son necesarios para inculpar a Leopoldo López que, presuntamente, es el instigador y los dos detenidos son los presuntos instigados, aunque hay personas que se han declarado culpables y sus declaraciones han sido desechadas porque hay saña para inculpar a Leopoldo y esas personas que se culpan son adeptas al oficialismo, inscritas en el PSUV y eso tumba toda la teoría de que Leopoldo es el instigador.
-¿Qué has aprendido de esta experiencia?
La responsabilidad que hay que tener al difundir una noticia, una información, porque vivimos en un estado constante de sospecha, no se puede hablar libremente por las redes sociales y la libertad de expresión está en hablar sin miedo a las consecuencias. Yo podría hacer denuncias con nombre y apellido de cosas muy fuertes que he visto durante estos cinco meses, pero no las he hecho porque me dan miedo las represalias que pueda tener porque hay una evidente represión judicial y física. En Venezuela no tenemos garantizado el derecho a la vida, en lo que va del mes de julio en Caracas ha habido más de 145 muertes violentas, casi lo que ha habido en Gaza con misiles, bombas…
-¿Te imaginaste este cambio en tu vida?
Pense que mi vida iba a ser mantenerme toda la noche despierto rockeando, tocando, cubriendo las mejores fiestas y resulta que me tocó estar despierto porque mi bebé estaba llorando. Cuando yo soñaba que iba a salir en las revistas con mi música y mi guitarra terminé atendiendo los casos de muchachos torturados, desaparecidos. Es un sacrificio, yo vivo con miedo de que me pase algo, a mi familia, pero más miedo me da vivir bajo este castigo de país que tenemos actualmente que no es la Venezuela que nos merecemos ni es la que teníamos y espero que no sea la que sigamos teniendo.
-La experiencia más dura.
He visto muchas cosas: golpes, marcas de torturas, ojos morados, costillas destrozadas, chamos con infecciones en las piernas por los perdigones, pero nada como las heridas emocionales, las de los padres y las madres cuando uno ve como se les va el alma. @melaniobar «Mucho dolió ver a James llorar, no se imaginan lo que es ver a la madre de un estudiante cuando le dicen que va para Yare».
-¿Qué hay que hacer?
Si no nos damos la mano como venezolanos no vamos a poder sobrevivir a la época tan dura que nos esta tocando, tenemos un gobierno que ha demostrado que no le interesa el bienestar social del país, se ve beneficiado por la degeneración de la sociedad venezolana, es un estandarte de la revolución bolivariana, y tenemos una oposición que si bien está luchando desde su tribuna, se encarga de su lucha política. Los venezolanos de a pie, los que no somos políticos, no estamos en una posición de poder, padecemos una serie de cosas que nos están golpeando muy duro: la falta de medicamentos, la inseguridad, la indefensión contra un sistema judicial viciado que enjuicia a personas por pensar diferente o por estar pasando por el lugar equivocado. Los venezolanos para recuperar un país coherente tenemos que ponernos manos a la obra, ponernos a trabajar para poder combatir esta degeneración que tenemos.