Fuente: Revista Suburbio.
Pues, te puedo decir que estoy muy emocionado de ser parte de Suburbio, después de haber trabajado por muchos años con El Semanario Urbe, Planetaurbe.tv, Comegato Producciones y Oidossucios.com es para mi un renacer, un nuevo comienzo en una tribuna de expresión, donde puedo darle voz a lo que a muchos jóvenes, como yo inquieta.
Ser padre, la calle, la vida de la música el arte y la política, ha cultivado en mi una experiencia que necesitaba volver a ser usada en algo productiva, algo que genere la inquietud que hace falta para encender la chispa en ti, que lees estas líneas, sobre lo que nos pasa, día a día en esta ciudad. Semana a semana, llenaré este espacio con información, cuestionamientos y reflexiones sobre lo que nos toca vivir, como el momento decisivo que nos llega el 14 de abril, el significado de la vida, el hecho de que no vienen bandas de rock a venezuela o simplemente una trivialidad como de la que hablaré hoy.
Quiero empezar escribiendo sobre el fenómeno «Yo como del tuyo» frase usada por las mujeres, y que a nosotros nos llena de odio. Es un odio sano, si eso existe, pero de verdad no podemos entender con certeza donde nace esa necesidad femenina de tener que comer tomar o usar lo que para nosotros compramos, tenemos o hacemos. Es decir, si estamos en un establecimiento de comida rápida y pedimos un combo agrandado es porque queremos muchas papas, tenemos hambre, estamos pagando 20 Bs más de lo que cuesta para tener ese montón de comida, no queremos compartirla, eso no nos hace egoístas, de hecho siempre preguntamos «¿Amor qué quieres?» a lo que siempre nos responden «No se, yo como del tuyo» .
Ahí en ese momento es donde empieza la lucha por tu independencia, eres el libertador de las papas fritas, es un momento decisivo donde se debe marcar un precedente, una posición que como hombres nos salvará en un futuro, si se come una, lee bien, una sola papa, estas listo para ceder todas tus posesiones materiales y sucumbir al viejo arte de la mujer de adueñarse de tu existencia.
No más cuarto desordenado, no más porno en tu PC, no más números de amigas en el celular, no más paseos en interiores por toda la casa, no más playstation y pronto antes de que te des cuenta, estarás usando la camisa por dentro, para buscar un trabajo que no quieres, para comprar cosas que no necesitas, porque no son para ti. Defiende tu independencia y niégale las papas.