Categoría: Entrevistas

  • 10 tips para defender los DDHH por @MelanioBar

    10 tips para defender los DDHH por @MelanioBar

    Para el comunicador social, productor audiovisual, defensor de Derechos Humanos y fundador de la Organización No Gubernamental Redes Ayuda, Melanio Escobar, desde el año pasado la sociedad venezolana está apoderándose de los DDHH y su protección.

    “Muchos le dirán moda y me parece que, si lo es, es la moda más bonita que ha caído en el país. Los ciudadanos están más conscientes de sus derechos, deberes y la responsabilidad del Estado para con ellos y sus derechos”.

    Como iniciativa para mantener la “moda más bonita”, esta semana el conocido en Twitter como @MelanioBar ofreció en Maracaibo –junto al equipo de Civilis Derechos Humanos– un taller para fortalecer a quienes ejercen la defensa de DDHH en Venezuela.

    El objetivo de estas actividades según Escobar es ofrecerle los asistentes, en su derecho legítimo de defender derechos humanos, conocimientos sobre “marco legal, un poco de lo que hemos visto en Caracas, los pactos internacionales, simplemente para empoderarlos en el ejercicio de la defensa de DDHH”.

    Tal como afirma el periodista, mientras una persona se alimenta cada vez más de información y conocimiento, mayor será su “fuerza en contra de las arbitrariedades que se puedan cometer”.

    Por eso, si eres un defensor de los DDHH o te dedicas al infoactivismo, te dejamos estos diez útiles tips por Melanio Escobar y Civilis Derechos Humanos para la lucha en contra de los ataques a los derechos inherentes que tenemos todos los seres humanos:

    1. No se requieren títulos. “Un defensor de derechos humanos no se cataloga por un título, sino por las actividades que realiza. Una persona que fotografía las manifestaciones donde se registre una violación a los DDHH o algún acto de abuso de poder, se convierte en un defensor de DDHH. Hacer una documentación por escrito de los casos que están sucediendo, quienes hacen entrevistas a víctimas, el infoactivismo… Son formas de defensa de DDHH”.

    2. Las manifestaciones tienen limitaciones y debes recordarlo. “El derecho a manifestación no es un derecho a plenitud. Él está sujeto a limitaciones que se deben cumplir. Eso hay que saberlo para que se puedan defender mejor a las personas que son detenidas en el marco de una manifestación pacífica. Si tú, como defensor, no tienes claras las limitaciones que conlleva el derecho a la manifestación o el derecho que tienen las personas en ejercer el mismo, no puedes hacer una defensa apropiada de estas personas”.

    3. Eso sí, no necesitas notificar tu derecho a la manifestación. “Puede ser espontánea. Por ejemplo, unas personas que están en un hospital, que tienen que ser atendidas y pasan horas y horas y no lo son porque no hay insumos, si estas salen del hospital a reclamar los insumos, es una manifestación completamente legítima y no puede criminalizarse o reprimirse porque no han hecho una notificación. Estas se hacen para que el Estado cumpla con las condiciones necesarias para que este derecho se ejecute en plenitud y para que las personas que están en los alrededores también puedan ejercer su derecho al libre tránsito. Asimismo, para proteger a los manifestantes de encuentros con personas contrarias a ellos”.

    4. Considera todo lo posible. Antes de cualquier acción debes estar prevenido. Desde saber cómo trasladarte físicamente en caso de algún acontecimiento, hasta cuidar el bienestar de tu institución (si representas), familiares y allegados, contar con asesoramiento legal y con conocidos que se desenvuelvan en el área penal.

    5. El infoactivismo se debe a las fuentes confiables. “Cuando te encargas de hacer infoactivismo, de registrar, informar, subir fotografías, hacer una especie de crónica en vivo (una cobertura Live Twitter) debes poner hora, fecha y lugar específico de los acontecimientos. También identificar como confiables las personas que difundes o de las que estás utilizando como fuente para tú hacer la difusión por tus redes sociales”.

    6. Que la fotografía informe, por favor. “Trata que las fotografías que tomaste se vea lo que estás relatando porque se somete a confusión. A veces, vemos una foto de una pared y el tuit dice: ‘Fuerte represión contra estudiantes de LUZ’. Así generas es una desinformación. El deber del infoactivista es procurar lograr la fotografía correcta e informar verazmente y oportuna la situación”.

    7. Evita las pasiones porque te desacreditan. “Evita el uso de opiniones y términos peyorativos contra las personas involucradas en el acto. Te puede dar mucha indignación o puedes tener tu opinión, pero si pones “El esbirro desalmado del Estado está golpeando al manifestante” pierdes la cualidad de infoactivismo y simplemente estás dando una opinión. Ahora, si tú pones “Un efectivo de la GNB está golpeando a un manifestante” y muestras la foto, es diferente. Estás informando”.

    8. No te descuides en el mundo digital. “A veces uno como defensor maneja información que puede ser sensible, que puede exponer a una víctima que está ejerciendo un proceso de documentación y denuncia de su caso y la idea es proteger esa información para proteger al defensor en su ejercicio”. Existen diferentes programas o técnicas que funcionan para proteger los computadores y cuentas de correos y redes sociales. Unas recomendaciones es lograr contraseñas complicadas –y diferentes para cada cuenta–, como también encriptar la información del disco duro con clave.

    9. Todo tiene su autor. “Las violaciones de los DDHH así como los actos violentos deben individualizarse y catalogarse de acuerdo a los responsables”.

    10. Denuncia. Hacer caso omiso a los actos de violencia, fomenta indirectamente que sigan sucediendo. Además, al denunciarse propiamente estarás también ayudando a otros en situaciones similares. “Este tipo de conocimientos ayuda a que cualquiera que es víctima, que quizás no lo sabía, se entere que lo es y pueda ejercer los mecanismos necesarios para la búsqueda de la justicia y para que esas arbitrariedades no se sigan repitiendo”.

    Extra

    “¿De qué sirve la manifestación pacífica? Uno de sus objetivos es analizar la reacción del Estado con los manifestantes. ¿De qué nos ha servido? Para, de alguna forma, poner la verdadera cara del Estado con respecto a su opinión y a sus actuaciones a la disidencia, a la libertad de expresión, a los contrarios a ellos. Así que creo que hemos ganado mucho dentro de todo lo que hemos perdido”, reflexiona el comunicador y defensor de DDHH.

    Para más información sobre Melanio Escobar: Twitter Instagram


  • Revista Complot: Melanio Escobar

    Revista Complot: Melanio Escobar

    Melanio Escobar no es reportero de guerra, pero con los 140 caracteres que acepta un tweet fue capaz de retratar la situación del país a principios de años. Es reportero por oficio, estudio y pasión.

    Melanio Escobar, no es un ningún pseudónimo, es el nombre legal visto por muchos como referente de una generación. Desde los 16 años asumió el reto de trabajar en medios de comunicación y «enfrentar calle» como él lo resume. La mitad de su vida ha transcurrido con constante exposición, quizá los tatuajes y su actitud le ayuden a hacer realidad el mito, pero hay mucho más allá del piercing y los lentes de pasta.

    Contrario a lo que muchos pueden pensar, este fanático del rock y el punk dejó el cigarro hace unos cuantos años y cambió las botellas de ron por nutritivo cereal. Pudiera ser que la llegada de su hijo tuviera que ver con esto. Sin embargo, no se trata de un «ablandamiento», al contrario, su nuevo heredero es ahora u motor para impulsar cambios y un punto de quiebre que lo llevó a asumir una lucha por su país con carácter personal.

    Ya en 2007 Melanio Escobar apoyaba al movimiento estudiantil y aunque las mareas «subían y bajaban» cada año, insistió en perseguir el activismo politico, no dejar de cuestionarlo todo y alzar la voz contra un sistema de gobierno que, en su opinión, «trabaja de forma incorrecta para todo un país».

    «Al ver que en febrero de 2014 comienzan a desaparecer personas, aunado a un caos en el que nadie informaba con responsabilidad, me sentipi en el deber de salir y hacer este trabajo»

    afirma Melanio

    También aclara que pudo haber encontrado a sus amigos y dejarlo hasta ahí, pero decidió continuar apoyando a todos los estudiantes detenidos por un compromiso «moral» consigo mismo.

    «Mientras hablamos, hay 72 personas detenidas que necesitan comida, soporte lega, respaldo a sus familiares y lo más importante… apoyo moral»

    Esto le ha llevado a sumar esfuerzos y emprender un trabajo de soporte con una ONG que le permita organizar un verdadero equipo en esta materia. Melanio asegura que la ciudadanía fue abandonada por un gobierno y un sistema político.

    En la actualidad Melanio se encuentra a cargo de importantes proyectos audiovisuales para varias marcas. Atrás quedó la obscuridad del backstage y los teloneros malportados. Escobar comenta que una de las lechigas que controlan a este país. terminó por acabar con las pequeñas y medianas productoras de eventos.

    «Con un precio del dolar que vive en incógnita constante es imposible hacer conciertos»

    NOSTALGIA INSTANTÁNEA

    Hay una suerte de nostalgia en el ambiente por esa época dos milera , puede que sea porque los que ahora son jóvenes no tienen mayor referencia de lo que era la urde antes de 1998. El primer encuentro de Melanio con la vida nocturna fue el loca Norte 6, en plena Avenida Baralt.

    «Extraño la Venezuela del 2000, salías con precaución, pero había calle, había posibilidades. Siento que podemos recuperar eso»

    Le preocupa mucho cuando llegue el momento que su hijo le pida permiso para salir, si a la violencia actual no le ponen un parado.

    «Cualquier psicólogo puede dar un parte de las consecuencias de este estado de terror en el que vivimos a diario»

    Melanio asegura que aún no ha salido del todo ese verdadero «animal politico» del que hablaba Aristoteles. Para él, Venezuela necesita que todos los que quieran sumar por un mejor país se enserien en pro del cambio.

    Mientras lo hace, también libra una causa – incluso más particular – por contrarrestar los prejuicios entorno a los tatuajes y las modificaciones corporales.

    «Mi trabajo responsable, constante y honesto hace que todo trascienda más allá de mi imagen. Llegaré hasta donde las personas me dejes llegar…»


  • No es pájaro, tampoco un avión, es Melanio Escobar

    No es pájaro, tampoco un avión, es Melanio Escobar
    Fuente: El Estimulo

    Su trajinar comenzó cuando supo que unos amigos fueron apresados por protestar pacíficamente. En sus idas y venidas, descubrió un grueso número de estudiantes encarcelados e incluso maltratados —por no decir torturados. Desde entonces, este periodista, asido su celular, va reportando, en su cuenta de Twitter, la situación de caos y castigo que, en Core 5, Palacio de Justicia y Fuerte Tiuna, se inflige a quienes disienten de este gobierno.

    Esa mañana Melanio Escobar salió a marchar. En su cualidad de ciudadano, y ejerciendo su derecho constitucional a la protesta pacífica, acompañaría al movimiento estudiantil a presentar un documento en la Fiscalía General. Con él, se pedía la liberación de un grupo de estudiantes detenidos en Táchira, también por protestar, y encarcelado en Coro. Había quedado con unos colegas en ir, pero sus deberes de padre lo habían retrasado: la épica de encontrar Nestum en este país. Al llegar al punto de encuentro en Plaza Venezuela, no vio a nadie conocido. La aglutinación de gente, además, le impidió comunicarse con sus compañeros —colapso de las celdas de telefonía celular. Así que, ese 12 de febrero, día de la juventud, Escobar marcharía solo.

    Una vez cumplido el objetivo decidió regresar a casa. Era un bonito día, y a pesar del contexto revanchista de la manifestación, todo había sido muy cívico, casi alegre, sin amenaza aparente. Además, era martes, y Melanio, como cualquier persona que trabaja y con bocas que alimentar, tenía que estar en otro sitio. Ya sobre la tarde, recibió una llamada de una de las amigas que había embarcado en la congregación.

    —¿Dónde estás? ¿Estás bien? Nadie sabe nada de ti.
    —Estoy bien, pero ¿qué pasó? —preguntó, mientras un mal presentimiento le empezaba a estrangular la boca del estómago.
    —Se llevaron a Matute y a Domingo. Se llevaron a un gentío. Fue horrible. Parece que hubo tiros y todo.
    —¿Cómo? ¿Quién? ¿Cómo es la vaina?
    —Que se los llevaron presos. Mi hermana estaba con ellos, no la agarraron, pero la empujaron en el forcejeo.
    —¿Y sabes a dónde los llevaron?
    —Solo sé que fue la Guardia Nacional y que todo pasó en Parque Carabobo. ¿Te sabes el número de algún familiar?
    —No.
    —Pues muévete.

    Repasó rápidamente las opciones que tenía y dio con su cuenta de Twitter, que en aquel momento tenía alrededor de 12.000 seguidores —@melaniobar. Introdujo los nombres con la información y lanzó un “tuit”, confiando en el boca en boca, en el “retuit”, y que el mensaje llegaría a un familiar. Una bengala en la oscuridad.

    FOTOGRAFÍA: ALEJANDRO CREMADES

    Melanio detiene su historia y me dice que va a comprar una caja de cigarrillos. Quiere aprovechar la terraza de la panadería de Chacao donde desayunamos. “Aquí se puede fumar, ¿no?”. La mañana no es distinta a otras que nos han tocado en estos días. Se siente una lentitud en el aire mezclado con un remanente de gas lacrimógeno que quema la pituitaria amarilla en nuestras fosas nasales. Se levanta y va hasta la caja. Es de estatura media y contextura delgada. Una rosa le brota de la garganta y una calavera amenaza desde su puño derecho. Tiene los brazos completamente tatuados. Me es familiar, como un integrante de alguna de las bandas de punk que escuchaba en los 90 y, sin embargo, su porte y forma de hablar me aterrizan en la apariencia de un comunicador que ha tenido experiencia en radio y televisión. Y, en efecto, con 27 años, ha abarcado casi todo el espectro periodístico. Condujo un programa de metal en Puma TV, al igual que su propio espacio de radio en la 92.9. También pasó cuatro años escribiendo para el semanario Urbe. Hoy, tiene su propia compañía de producción audiovisual, y ejerce periodismo para Yahoo News.

    Melanio regresa dándole vueltas a un cigarrillo en la mano. Le prende candela con un encendedor y aspira como si fuera su fuente de oxígeno. Exhala lento. Se relaja, y continúa con su historia.

    No habían pasado dos minutos y una exnovia de Matute se comunicó con él. Empiezan conversando por replies en Twitter, luego mensajes directos, luego teléfono, y luego ella habla con los familiares del amigo detenido. Al final de la tarde, empezaron a reportarse detenciones y desaparecidos, al tiempo que rodaban noticias por Twitter donde se especulaba que había muertos.

    Esa misma noche localizaron a los muchachos en Core 5, en Tazón. El diputado Miguel Pizarro, quien comparte la pasión de Melanio por los tatuajes, se une a la búsqueda de los detenidos. La información que recibía la iba reportando por Twitter, para que los familiares y amigos estuvieran informados sin volverlo loco por el teléfono.

    Al día siguiente, Melanio, junto a otros compañeros, empezaron a moverse desde temprano para ubicar nuevamente a los aprehendidos. Los estaban “ruleteando” entre distintos sitios de detención. Y entre idas y venidas de Core 5, a Fuerte Tiuna, a la Dolorita en Petare, dieron con que había, a los momentos, 26 presos. Nadie sabía nada. La mayoría de los muchachos estaba anunciada como desaparecida. Entonces empezaron a tender puentes con los Guardias para formar listas. Identificaron a 19 hombres y 8 mujeres.

    —Cuando empecé a reportar la información sobre los desaparecidos mi cuenta de Twitter se fue engrosando a un ritmo brutal. Ya va por 30.000 followers. La gente está ávida de información y el blackout en los medios tradicionales los han lanzado a las redes sociales

    —dice mientras levanta su teléfono, mostrando su herramienta de trabajo.

    —Pero, ¿no crees que igual los medios tradicionales están muriendo, y que la gente en otros países igual se ha volcado a las redes sociales? —pregunto.

    —El venezolano está pasando por un momento crítico donde no hay libertades ni distracciones, y no le queda otra más que encontrar eso en internet. La gente está sedienta de información. Es la opción que les queda para enterarse. Es decir, si estás en Nueva York y haces un picnic en Central Park eso es lo que pondrías en Twitter o Instagram, pero ¿quién va a hacer un picnic en esta mierda? —bromea mientras enciende otro cigarillo y pregunta: ¿Dónde me quedé?

    La Guardia Nacional no estaba preparada para esa contingencia. A los hombres los trasladaron a la Dolorita que no es más que un módulo de tránsito donde no hay instalaciones para tener a 19 en prisión. A las ocho, mujeres las recluyeron en la “zona de resguardo de seguridad urbana” en Fuerte Tiuna. Esa zona de resguardo es la iglesia.

    FOTOGRAFÍA: ALEJANDRO CREMADES

    Melanio y sus compañeros se pararon en una panadería en camino a la Dolorita para comprar —con su propia plata— pan, jamón y queso para los aprehendidos. En la Dolorita conocieron a Nizar El Fakih y José Bernardo Guevara, abogados de asistencia UCAB, que ya se encontraban en funciones.
    Era doloroso ver cómo cambiaban a los jóvenes de lugar. En una oportunidad, alcanzaron al convoy que los llevaba y fue la primera vez que sus amigos detenidos vieron la cara de una persona conocida en dos días. Estaban completamente incomunicados. Fue un momento emocionante, los muchachos saltaron al ver a Melanio y los demás en el carro contiguo, y luchaban con los guardias que les hacían bajar las cabezas. Se dieron cuenta que no estaban solos. Pero la desesperanza de ver que los sacaban de un sitio para regresarlos a otro los tenía devastados.

    El 14 de febrero los trasladaron a tribunales. Llegaron al Palacio de Justicia a la 1:30 p.m. El lote de 26 salió de las audiencias a las 10 de la noche. Libertad plena para los 26 —entre ellos los dos amigos de Melanio— con una prohibición expresa para manifestar que, por supuesto, viola derechos constitucionales. Ese mismo día presentaron otro grupo de 16, de los cuales 6 quedaron detenidos por 45 días mientras avanzaban investigaciones por una serie de cargos que les imputaron respecto a los destrozos causados el día 12.

    La forma como Melanio se fue enroscando en el reportaje de las detenciones fue completamente orgánica. Comenzó buscando a sus panas, y terminó reportando sobre todos los detenidos ya que había pocos familiares enterados de la situación. La primera lista que la Guardia les facilitó tuvo más de 3.000 “retuits”. Gracias a esa información los familiares fueron apareciendo.

    A un mes del 12 de febrero Melanio ha perdido la cuenta de los días y madrugadas que ha pasado en el Palacio de Justicia y los distintos centros de reclusión. Le cuesta recordar nombres de tantos que han pasado por sus pulgares. Hasta el dos de marzo iban 967 detenciones desde el infausto “Día de la Juventud”. Pero para el 13, del mismo mes, iban más de 1.300. En su cuenta de Twitter hay un valioso registro de las detenciones de febrero y sobre las que hasta ahora van en marzo. Se le ha pegado la jerga de los abogados e incluso ha tejido una red entre la gente que le está haciendo seguimiento a los casos.

    —Chamo, pero tienes que hablar con Nizar El Fakih y José Bernardo Guevara. También con Luis Cabrera que es el abogado de Primero Justicia, y es un duro. Laura Solórzano es quien mejor lleva la contabilidad de todos los casos en su blog. Tienes que hablar con ellos que son quienes más se han movido en este asunto —el comentario me reafirma que estoy hablando con la persona correcta.

    —Y en los distintos organismos, ¿cómo los han tratado? —pregunto.

    —Te sorprendería la cantidad de gente de oposición que nos hemos encontrado en fiscalía y en otros organismos públicos. Nos han ayudado, más que todo, con trato amable, y dándole curso a las causas. Pero no pueden intervenir frontalmente porque tienen que comer, y temen que “los de arriba” los echen. Pero lo más increíble es que muchos de los detenidos no solo son hijos de empleados públicos, sino de militares también. Han sido de los más agradecidos con el trabajo que estamos haciendo.

    —¿Y los cuerpos de seguridad? ¿Cómo se portan con los chamos?

    —La Guardia Nacional es excesivamente violenta al momento de la captura. Hemos escuchado cuentos de malos tratos pero luego los dejan tranquilos. Que es lo contrario a lo que hemos escuchado de los cuerpos policiales. Ahí es donde está la mayoría de las denuncias. Salen más heridos que luego de ser detenidos. El único denominador común es que los teléfonos de todos desaparecen. Al principio pensábamos que era para obtener inteligencia, después nos dimos cuenta que, bueno…

    Hasta el momento, 18 personas han denunciado el maltrato, pero según explica este periodista son muchos más. Las detenciones rebasan, sobradamente, las mil. El miedo es libre.

    Melanio sigue participando en las manifestaciones pacíficas. No está de acuerdo con las “guarimbas”. No es un asunto de miedo. En el último año lo han asaltado tres veces a punta de pistola, y de esa triste manera, ha cobrado una valentía irreductible. No participa del “guarimbeo” porque es un pacifista. De vez en cuando se le acerca a los manifestantes que llevan máscaras de Guy Fawkes para confrontarles y decirles que se la quiten. Que la protesta, siempre que sea pacífica, es un derecho. Y que no tienen que esconderse como bandidos. Más de uno le ha respondido: “no puedo, soy funcionario público.”

    —Esto empezó como una forma de darle paz a las madres de mis amigos y terminé agarrando un compromiso, que quizás en el momento no me correspondía, pero que éticamente como periodista sí. Los medios de comunicación, como por ejemplo Globovisión, van y dan las noticias al día siguiente con un reporte escueto. Pero eso no calma la angustia de las personas al momento.

    —Claro, no son periódicos —le replico.

    —Exacto, los noticieros deberían estar haciendo avances, desde los sitios de tensión, en Palacio, y en los lugares de reclusión. Deberían estar en el sitio haciendo lo mismo que estoy haciendo yo, que he puesto de lado mi trabajo y mi ingreso monetario, por una responsabilidad moral y ética. Yo no tengo ninguno de sus recursos, lo que tengo es mi cuenta de Twitter. No lo hacen quién sabe por qué— cierra con un guiño de ironía.



  • He visto muchas cosas

    He visto muchas cosas
    Fuente: Tal Cual

    Melanio Escobar, 28 años, periodista independiente, participa en el Centro de Derechos Humanos de la UCAB; productor audiovisual. Nunca pensó que saber que iba a ser padre y los acontecimientos del 12F cambiarían su vida de manera radical. Su única arma: el Twitter 

    -¿De dónde vienes? 
    Tengo 12 años ejerciendo el periodismo, ejercí antes de estudiar la carrera, a los 16 años comencé escribiendo en la revista Lánzate, hacía entrevistas a artistas internacionales como Molotov, Aterciopelados, eso me atrapó y decidí estudiar la carrera. Me tomó 10 años terminar porque yo pagué mis estudios y tuve que separarme para trabajar, lo hice en Urbe como redactor principal casi 5 años, hice trabajos de investigación, etc. 

    -¿El ser papá te cambió la vida? 
    Cuando la vida me trae la sorpresa de que voy a ser papá di un giro de 180°, ya no podía seguir mi estilo de vida que era el rock, la música, los conciertos, la noche, un trabajo libre que te permite rumbear mientras estás trabajando. Decidí buscar un camino más estable y concentrarme en producir dinero y en la estabilidad del hogar: Esto me creó una sensación de responsabilidad conmigo mismo, con mi familia y te lo cuento porque cuando sucede el 12F, cuando empiezo a investigar las desapariciones forzosas de los estudiantes detenidos durante las manifestaciones, lo que me obliga viene de esta responsabilidad que vengo aprendiendo desde que me enteré de que iba a ser papá. 

    -¿Cómo comienza tu labor a partir del 12 de febrero? 
    Desaparecen dos amigos míos, me comunico con la mamá de uno de ellos que me preguntaba dónde estaba su hijo y no sabía responderle. Me puse en sus zapatos. Los medios de comunicación no estaban transmitiendo información y la gente no tenía nada más que el Twitter y era una información que se escondía detrás de rumores, amarillismo, exageraciones, miedo, nerviosismo propiciado por la misma desinformación. Me puse las pilas y comencé a averiguar dónde la Guardia Nacional hacía las detenciones, me fui al Core 5 y ahi estaban mis dos amigos y 24 chamos más. Comencé a informar a través de Twitter dónde los conseguía, pero seguían saliendo más desaparecidos que no estaban en esas listas. Conseguí a los muchachos que estaban en el CICPC, ¡42 personas detenidas en un solo día de manifestaciones! De ahí salen los seis del 12F que son a quienes culpan de la quema de las patrullas del CICPC, de ese grupo todavía están detenidos Marco Coello y Christian Holdack y van a juicio porque son necesarios para inculpar a Leopoldo López que, presuntamente, es el instigador y los dos detenidos son los presuntos instigados, aunque hay personas que se han declarado culpables y sus declaraciones han sido desechadas porque hay saña para inculpar a Leopoldo y esas personas que se culpan son adeptas al oficialismo, inscritas en el PSUV y eso tumba toda la teoría de que Leopoldo es el instigador.

    -¿Qué has aprendido de esta experiencia? 
    La responsabilidad que hay que tener al difundir una noticia, una información, porque vivimos en un estado constante de sospecha, no se puede hablar libremente por las redes sociales y la libertad de expresión está en hablar sin miedo a las consecuencias. Yo podría hacer denuncias con nombre y apellido de cosas muy fuertes que he visto durante estos cinco meses, pero no las he hecho porque me dan miedo las represalias que pueda tener porque hay una evidente represión judicial y física. En Venezuela no tenemos garantizado el derecho a la vida, en lo que va del mes de julio en Caracas ha habido más de 145 muertes violentas, casi lo que ha habido en Gaza con misiles, bombas…

    -¿Te imaginaste este cambio en tu vida? 
    Pense que mi vida iba a ser mantenerme toda la noche despierto rockeando, tocando, cubriendo las mejores fiestas y resulta que me tocó estar despierto porque mi bebé estaba llorando. Cuando yo soñaba que iba a salir en las revistas con mi música y mi guitarra terminé atendiendo los casos de muchachos torturados, desaparecidos. Es un sacrificio, yo vivo con miedo de que me pase algo, a mi familia, pero más miedo me da vivir bajo este castigo de país que tenemos actualmente que no es la Venezuela que nos merecemos ni es la que teníamos y espero que no sea la que sigamos teniendo. 

    -La experiencia más dura. 
    He visto muchas cosas: golpes, marcas de torturas, ojos morados, costillas destrozadas, chamos con infecciones en las piernas por los perdigones, pero nada como las heridas emocionales, las de los padres y las madres cuando uno ve como se les va el alma. @melaniobar «Mucho dolió ver a James llorar, no se imaginan lo que es ver a la madre de un estudiante cuando le dicen que va para Yare». 

    -¿Qué hay que hacer? 
    Si no nos damos la mano como venezolanos no vamos a poder sobrevivir a la época tan dura que nos esta tocando, tenemos un gobierno que ha demostrado que no le interesa el bienestar social del país, se ve beneficiado por la degeneración de la sociedad venezolana, es un estandarte de la revolución bolivariana, y tenemos una oposición que si bien está luchando desde su tribuna, se encarga de su lucha política. Los venezolanos de a pie, los que no somos políticos, no estamos en una posición de poder, padecemos una serie de cosas que nos están golpeando muy duro: la falta de medicamentos, la inseguridad, la indefensión contra un sistema judicial viciado que enjuicia a personas por pensar diferente o por estar pasando por el lugar equivocado. Los venezolanos para recuperar un país coherente tenemos que ponernos manos a la obra, ponernos a trabajar para poder combatir esta degeneración que tenemos.


  • “Vivir en Venezuela es como jugar a la ruleta rusa”

    “Vivir en Venezuela es como jugar a la ruleta rusa”

    Fuente: El Comercio

    El dramático testimonio del joven periodista venezolano Melanio Escobar refleja la penosa realidad que se vive en su país.

    PIER BARAKAT CHÁVEZ

    Melanio Escobar es un joven periodista venezolano independiente, licenciado en Comunicación Social de la Universidad Santa María de Caracas. Desde sus trincheras, sobre todo a través de las redes sociales, desarrolla impecables coberturas sobre los maltratos a los detenidos y las atrocidades que comete el régimen de Nicolás Maduro. Este joven profesional habló con El Comercio y dibujó el preocupante panorama político y de inseguridad que afecta a su país.

    -Además del régimen de Maduro, la delincuencia es un grave problema en Venezuela. ¿Cómo se puede vivir en un país con tanta violencia?
    -Vivir en Venezuela es cómo jugar a la ruleta rusa: no sabes en qué momento te va a tocar ser presa del crimen. Lo más triste es que cuando las víctimas sobreviven, el único consuelo que queda es: por lo menos te dejaron vivo.

    -¿Has sido víctima del crimen?
    -Sí. He sido blanco del hampa en varias oportunidades, en los años 2013 y 2014. Además, tengo amigos de toda la vida que han sido asesinados por la delincuencia y sé de muchos que a diario enfrentan esta cruda realidad. No son las protestas lo que nos está matando, es la situación país que vivimos. Si a eso le sumamos el riesgo de morir por manifestar, es bastante triste el panorama al que nos enfrentamos diariamente.

    -¿Cómo se puede hacer periodismo libre en un régimen como el chavista?
    -Hay que hacerlo de manera independiente. Si trabajas para un medio de comunicación grande, debes depender de la línea editorial del mismo, que actualmente está siendo dominada por el miedo a que el Estado decida quitar la concesión del canal, por ejemplo.

    -Por suerte existen las redes sociales…
    -En Venezuela, la libertad de expresión termina siendo una utopía. Solo es posible tener cierta libertad por las redes sociales, medios alternativos o algunos valientes medios que enfrentan la realidad.

    -¿Qué futuro le deparas a tu país?
    -Siento que el venezolano ha recobrado la valentía de reclamar lo que es justo, de tener los pantalones bien puestos y poder decirle al Estado: “haz tu trabajo“. Lo que veo es un nuevo despertar social, que por consiguiente en algún punto nos va a generar un mejor país.

    -¿Crees que el régimen de Maduro caerá pronto?
    -La verdad es que Venezuela necesita un cambio, de gobierno o de actitud por parte del gobierno. Necesitamos que se escuche lo que el pueblo demanda: seguridad, economía estable, abastecimiento, calidad de vida, entre otras muchas cosas que nos abaten cada día. Aun cuando la situación está muy grave, no veo una salida que no sea constitucional y para eso debemos esperar al año 2015 con un referéndum revocatorio.


  • Melanio Escobar: Ser escritor en Venezuela es vivir en un limbo social

    Melanio Escobar: Ser escritor en Venezuela es vivir en un limbo social
    Fuente: DuxMagazine

    Hemos leído a grandes escritores que por visiones, ideologías, metáforas y mensajes dejan una marca única en el colectivo y que de manera positiva influyen en los pensamientos, gustos y realidades.

    El periodismo en Venezuela ha tomado un vuelco vital en cuanto al manejo de la información y Melanio Escobar desde hace años ha promovido un lenguaje más juvenil y facil de diferir en las audiencias en crecimiento cultural e intelectual. Tambipen ha construido una carrera como animador y productor audiovisual.

    En esta ocasion, DUX Magazine tuvo la oportunidad de hablar con este carismatico personaje, uno de los escritores y productores audiovisuales más respetados de Venezuela.

    DUX: ¿Desde cuándo te encuentras en el medio?
    Melanio Escobar: Desde que tenía 16 años. Comencé escribiendo para una publicación de distribución gratuita llamada «Lánzate» y mi primer aporte fue una entrevista a Molotov y otra a Tego Calderón, una belleza lo variado de mi comienzo.

    DUX: ¿Cómo ves la escritura en la escena local? ¿Infravalorada o sobrevalorada?
    Melanio Escobar: La veo en un área gris donde eres extremadamente amado o inexplicablemente odiado, es como ser de Montalbán, para los malandros eres un sifrino y para los sifrinos eres un malandro. Ser escritor en Venezuela es vivir en un limbo social.

    DUX: ¿En qué medios re gas desempeñado y cómo ha sido tu experiencia en ellos?
    Melanio Escobar: He tenido la oportunidad de formar parte de la televisión, la radio, el impreso y lo web, cosa que ha logrado convertirme en un profesional integral. Entre lo más destacado, fui animador del programa Puma TV, redactor principal en el Semanario Urbe, locutor de las 92.9 FM, animador de eventos y más. Ha sido muy gratificante vivir cosas que muy pocos pueden experimentar.

    DUX: Todos tienen una experiencia desagradable ¿cuál ha sido la que te ha dejado una huella? ¿tuvo un significado positivo o negativo?
    Melanio Escobar: En el aspecto laboral, quizá conseguirme con esas piedras obsoletas gerenciales de alto rango que no permiten que sus medios y talentos le metal pedal al carro, que con sus mentes cerradas mantienes un medio atado al piso cuando podría estar volando. Eso es lo que más he encontrado desagradable de este mundo.

    DUX: Fuiste reconocido nacional e internacionalmente por tu trabajo en el Semanario Urbe ¿cuál fue tu fórmula de éxito para lograr esta meta?
    Melanio Escobar: Creo que fue tomarlo más como un hobbie que como un trabajo. Urbe me dio mucho, mucho más de lo que cualquiera podría imaginar. Hoy día todavía me escriben por mis artículos y no sale una edición del semanario hace muchos años, yo iba en pijama a la oficina, escribía los artículos en la calle y tonaba cada oportunidad de trabajo para divertirme, eso se reflejaba en lo que el lector recibía y por eso creo que fue tan popular mi participación.

    DUX: ¿cuál ha sido tu trabajo más satisfactorio?
    Melanio Escobar: Todos han tenido su parte importante porque han sido tan diferentes que cada uno ha complementado mi globo de ambiciones, pero con ansias espero volver a alguno, ya que por ahora he estado un poco alejado, dedicado a ser padre y a la producción de vídeos.

    DUX: Tocando el tema de tatuaje ¿de qué manera influye que estés tatuado y trabajes en el medio?
    Melanio Escobar: En mi caso ha sido positivo y negativo, puesto que para algunos momentos mi cualidad de tatuado genera la imagen que buscan proyectar, en otros es muy fuerte, todo depende del gerente de turno y los prejuicios que pueda tener, ya que por experiencia, al publico lo que le interesa es recibir un buen trabajo y eso es lo que al final del día me esfuerzo por dar.

    DUX: ¿Qué tienes planeado para este 2014?
    Melanio Escobar: Seguir con mi productora audiovisual, «Comegato Producciones», con la que tengo algunos proyectos interesantes. Seguiré también animando los Unión Rock Show a nivel nacional y brindaré lo que pueda a los medios como le he venido haciendo desde hace tanto tiempo.



  • “We’re Living under a Systematic Censorship”

    “We’re Living under a Systematic Censorship”
    Fuente: PEN/Opp

    President Nicolás Maduro was recently sworn in for a new six-year term of office. No democratic country recognises him as the legitimate leader of the country, but that doesn’t stop the regime. The leaders in Venezuela have during the last year imprisoned opponents and cleansed social media from critical comments. PEN/Opp has spoken to the net activist Melanio Escobar in Caracas who refuses to be afraid of the regime.

    TEXT: HENRIK BRANDÃO JÖNSSON TRANSLATION FROM SWEDISH: STEPHANIE GIESECKE  JANUARY 22 2019

    When the 32-year old Melanio Escobar last year tried to access the webpage El Pitazo he couldn’t get in. He got a message that the page couldn’t be found. He thought that something had gone wrong. The regime´s state owned Internet service provider CANTV has had the monopoly for the last four years. They provide the Internet signal, which in spite of being the weakest in Latin America, is the only way of accessing the Internet in this oil rich country. The connection worked when Melanio Escobar tried to access other webpages. That’s when he understood that the regime had blocked El Pitazo (elpitazo.com). He started investigating other pages and realised that the regime that abandoned democracy a few years ago has blocked 4000 pages in Venezuela.

    “We’re living under a systematic censorship”

    he says.

    Melanio Escobar lives in the district Parroquia La Vega in the poor and dangerous eastern part of Caracas where the pro-government mafia called Los Colectivos, the collectives, rages. They were set up by Hugo Chávez in the early 2000s after a Cuban model to spy on the neighbourhood. The spying was taken one step further and the members of the “district counsel” were chosen from the criminal environment fraternity. The collectives are today a lawless gang making a living from extortion, kidnapping and selling food on the black market. The regime allows the collectives to operate outside of the law in return for stopping the working classes joining the middle classes’ protests.

    “Los Colectivos are a mafia that does whatever it wants”

    he says.

    Melanio Escobar is the head of Redes Ayuda, an organisation for human rights. He also runs the radio station Humano Derecho Radio Estación and is one of Venezuela’s leading net activists. He monitors the regime’s censorship and how the regime handles social media.

    “If someone posts that there are no medicines in a hospital and I comment something like ‘Maldito Maduro’ (bloody Maduro), it’ll only take minutes before one of the regime’s trolls on the payroll answers “You bloody US lackey”. He will then be supported by other trolls writing similar things. The original discussion about the lack of medicines has in minutes turned into something completely different.”

    He thinks that the only way of criticising Maduro is through groups using WhatsApp where messages can be sent between the users.

    “There are no critical newspapers any longer. They’ve all been bought and closed down.”

    Even the conservative newspaper El Universal which for a long time was the most critical of the regime, has stopped doing journalism. Today the paper writes propaganda and many journalists have left to avoid being used by the regime. Those who have chosen to stay are forced to censor themselves. Another problem for accessing information is the quality of the state owned Internet provider.

    “There are whole areas of Caracas without Internet access. The cables have been stolen and the state owned supplier doesn’t bother to replace them. The Internet is a threat to the regime. They don’t want everybody to have access to it.”

    Society’s collapse in Venezuela affects everybody. Old people die prematurely from simple diseases such as high blood pressure or diabetes. Infant mortality has according to the latest statistics, two years old, increased by 30 % and maternal mortality rates by 66 %. The numbers are probably higher now. The average Venezuelan has lost eleven kilos due lack of food. But the young are hit the hardest.

    “There is no future for them. Those with rich parents try to take their university degrees before escaping the country. The poor don’t have this opportunity. There are no permanent jobs. The young get by on casual jobs or become criminal”

    says Melanio Escobar.

    He himself has considered escaping the country many times, but has chosen to stay. He has a six-year old son and a 14-months old daughter. His wife doesn’t work and he supports the family by his job as head of the human rights organisation Redes Ayuda. He’s sometimes paid for lecturing abroad. He was in both France and Canada last year. He uses the fee from the lectures to buy medicine and food from the black market in Venezuela.

    “I buy all sorts of things each time I go abroad. Nappies, medicine and clothes.”

    His main criticism of the regime is that they are not elected.

    “The government has created their own general assembly which has been authorised to bypass the elected parliament. This is completely unlawful, but the regime claims that it is democracy. Everybody in the general assembly is a member of Maduro’s party. No one else is allowed.”

    One of the laws created by the general assembly is Ley contra el Odio, the law against hate.

    “This law is completely arbitrary. There are 20 people on the committee that adjudicates the cases, they are not lawyers nor do they have legal training. They arbitrarily decide what is hate and what isn’t.”

    Five people, two of them students, were imprisoned last year for criticising the regime. Their criticism of Maduro was considered to be hate.

    “It’s forbidden to speak ill of Hugo Chávez and Maduro. This makes people frightened. Many censor themselves.”

    Aren’t you frightened?

    “I know that the regime may knock on my door at any time. But I’m not afraid even though I’m conscious of the risks I’m taking.”

    I can hear his 14-months old daughter in the background.

    “If something happens that forces us to escape, then we will flee. We can walk across the border to Colombia where we can stay. We can also go to Brazil.”

    Last year’s presidential election was a political theatre that only enticed 20 % of the voters to the ballot boxes. No one from the opposition was allowed to take part, no international election observers were allowed to attend and the people was threatened with food shortages if they didn’t vote for Maduro. The only countries that accepted the result were countries who themselves have a problem with democracy, such as North Korea, Cuba, Turkey and Russia. The so called Lima Group that consists of 14 Latin American and Caribbean countries has called upon Maduro to transfer power to the elected parliament that wants to call for a new election where the opposition may take part and where international election observers can attend. Maduro doesn’t listen to them but continues to drive the oil rich Venezuela towards the abyss.

    It’s not about politics to me any longer. The regime is made up by criminal men and women who have become billionaires on the back of people’s suffering. They have become rich from cocaine smuggling from Colombia to Europe and don’t even consider giving that up. They know that the day the regime falls they will be brought to justice. This means that the will continue their oppression till death.”

    “I’m not in favour of war, but I think that if the USA, Colombia and Brazil started a military action, things could happen. Otherwise we’re just standing still and die a little every day.”

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    Henrik Brandão Jönsson is a Swedish journalist and writer, working as a correspondent in Latin America for Dagens Nyheter—Sweden’s and Scandinavia’s largest newspaper. He has lived in Rio de Janeiro since 2002 and has written several books about Brazil.