La violencia en nuestro pais no es un secreto para nadie, es el portazo en la nariz que nos lleva mos todos diariamente en Venezuela, es decir, es inocultable, ineludible, sin escapatoria y que no nos deja tener paz. Uno de los principales motivos por los cuales tantos jóvenes, precisamente, más de 2 millones han generado la cifra sin procedentes para nuestra historia de la diáspora venezolana. Estamos hablando de un país de poco mas de 30 millones de habitantes, donde una de las principales razones por las cuales la gente lo abandona es por el miedo a la muerte, al robo, a ser herido o ver heridos a sus seres queridos, es así de simple. Mas allá de la comida, que de por si es una tragedia o de las medicinas que encontrarlas es un calvario, lo que quiere la gente es tranquilidad. Y en ese tema, aunque somos profesionales esquivando a la muerte, no somos los únicos que lo padecemos. Latinoamérica tiene de los mayores índices delictivos del mundo, las cifras son realmente alarmantes y espeluznantes, pero existe una esperanza, una esperanza que llega gracias al trabajo que empleemos todas y todos en pro de reconstruir los valores sociales y generar las reparaciones a las victimas y al sistema que permite una impunidad sistemática en nuestras fronteras.
Es por eso que al menos, en el caso de Venezuela diferentes organizaciones no gubernamentales y portales periodísticos como Provea, Reacim, RedesAyuda, Caracas Mi Convive, Humano Derecho Radio Estación, RunRunes, Efecto Cocuyo y actores independientes se han aliado con sus pares latinoamericanos en una campaña que busca reducir los homicidios de la región llamada Instinto de vida. Dentro de ese marco estructural regional se han hecho diferentes actividades, artisticas, reparaciones simbólicas, conciertos, manifestaciones, encuentros, manifiestos, videos, audios, todo, como la movilización #CadaVidaCuenta por los caídos y los presos políticos, en conjunto con Dale Letra, Piloneras, Billete Alzao, Canta el pueblo, el bus tv, y muchas más, con el fin de incentivar la participación ciu dadana a que tome cartas en el asunto y se involucre en el objetivo común que tenemos y que nos agobia tanto. Sabemos que es responsabilidad del Estado brindarnos seguridad, y que bajo este azote vienen siendo culpables por complicidad u omisión, pero ya serán los procesos de justicia los que determinen las culpas, mientras eso sucede no podemos permanecer pasivos mientras la atrocidad de la muerte nos arrebata la existencia. Por eso aprovecho este espacio, estas letras, para invitarlos a involucrarse con esta idea, con este objetivo y con lo que será un logro con nuestro trabajo y voluntades. En www.instintodevida.org pueden conocer más de este trabajo arduo, por la reducción de homicidios en toda Latinoamérica.