Autor: Melanio Escobar

  • No es pájaro, tampoco un avión, es Melanio Escobar

    No es pájaro, tampoco un avión, es Melanio Escobar
    Fuente: El Estimulo

    Su trajinar comenzó cuando supo que unos amigos fueron apresados por protestar pacíficamente. En sus idas y venidas, descubrió un grueso número de estudiantes encarcelados e incluso maltratados —por no decir torturados. Desde entonces, este periodista, asido su celular, va reportando, en su cuenta de Twitter, la situación de caos y castigo que, en Core 5, Palacio de Justicia y Fuerte Tiuna, se inflige a quienes disienten de este gobierno.

    Esa mañana Melanio Escobar salió a marchar. En su cualidad de ciudadano, y ejerciendo su derecho constitucional a la protesta pacífica, acompañaría al movimiento estudiantil a presentar un documento en la Fiscalía General. Con él, se pedía la liberación de un grupo de estudiantes detenidos en Táchira, también por protestar, y encarcelado en Coro. Había quedado con unos colegas en ir, pero sus deberes de padre lo habían retrasado: la épica de encontrar Nestum en este país. Al llegar al punto de encuentro en Plaza Venezuela, no vio a nadie conocido. La aglutinación de gente, además, le impidió comunicarse con sus compañeros —colapso de las celdas de telefonía celular. Así que, ese 12 de febrero, día de la juventud, Escobar marcharía solo.

    Una vez cumplido el objetivo decidió regresar a casa. Era un bonito día, y a pesar del contexto revanchista de la manifestación, todo había sido muy cívico, casi alegre, sin amenaza aparente. Además, era martes, y Melanio, como cualquier persona que trabaja y con bocas que alimentar, tenía que estar en otro sitio. Ya sobre la tarde, recibió una llamada de una de las amigas que había embarcado en la congregación.

    —¿Dónde estás? ¿Estás bien? Nadie sabe nada de ti.
    —Estoy bien, pero ¿qué pasó? —preguntó, mientras un mal presentimiento le empezaba a estrangular la boca del estómago.
    —Se llevaron a Matute y a Domingo. Se llevaron a un gentío. Fue horrible. Parece que hubo tiros y todo.
    —¿Cómo? ¿Quién? ¿Cómo es la vaina?
    —Que se los llevaron presos. Mi hermana estaba con ellos, no la agarraron, pero la empujaron en el forcejeo.
    —¿Y sabes a dónde los llevaron?
    —Solo sé que fue la Guardia Nacional y que todo pasó en Parque Carabobo. ¿Te sabes el número de algún familiar?
    —No.
    —Pues muévete.

    Repasó rápidamente las opciones que tenía y dio con su cuenta de Twitter, que en aquel momento tenía alrededor de 12.000 seguidores —@melaniobar. Introdujo los nombres con la información y lanzó un “tuit”, confiando en el boca en boca, en el “retuit”, y que el mensaje llegaría a un familiar. Una bengala en la oscuridad.

    FOTOGRAFÍA: ALEJANDRO CREMADES

    Melanio detiene su historia y me dice que va a comprar una caja de cigarrillos. Quiere aprovechar la terraza de la panadería de Chacao donde desayunamos. “Aquí se puede fumar, ¿no?”. La mañana no es distinta a otras que nos han tocado en estos días. Se siente una lentitud en el aire mezclado con un remanente de gas lacrimógeno que quema la pituitaria amarilla en nuestras fosas nasales. Se levanta y va hasta la caja. Es de estatura media y contextura delgada. Una rosa le brota de la garganta y una calavera amenaza desde su puño derecho. Tiene los brazos completamente tatuados. Me es familiar, como un integrante de alguna de las bandas de punk que escuchaba en los 90 y, sin embargo, su porte y forma de hablar me aterrizan en la apariencia de un comunicador que ha tenido experiencia en radio y televisión. Y, en efecto, con 27 años, ha abarcado casi todo el espectro periodístico. Condujo un programa de metal en Puma TV, al igual que su propio espacio de radio en la 92.9. También pasó cuatro años escribiendo para el semanario Urbe. Hoy, tiene su propia compañía de producción audiovisual, y ejerce periodismo para Yahoo News.

    Melanio regresa dándole vueltas a un cigarrillo en la mano. Le prende candela con un encendedor y aspira como si fuera su fuente de oxígeno. Exhala lento. Se relaja, y continúa con su historia.

    No habían pasado dos minutos y una exnovia de Matute se comunicó con él. Empiezan conversando por replies en Twitter, luego mensajes directos, luego teléfono, y luego ella habla con los familiares del amigo detenido. Al final de la tarde, empezaron a reportarse detenciones y desaparecidos, al tiempo que rodaban noticias por Twitter donde se especulaba que había muertos.

    Esa misma noche localizaron a los muchachos en Core 5, en Tazón. El diputado Miguel Pizarro, quien comparte la pasión de Melanio por los tatuajes, se une a la búsqueda de los detenidos. La información que recibía la iba reportando por Twitter, para que los familiares y amigos estuvieran informados sin volverlo loco por el teléfono.

    Al día siguiente, Melanio, junto a otros compañeros, empezaron a moverse desde temprano para ubicar nuevamente a los aprehendidos. Los estaban “ruleteando” entre distintos sitios de detención. Y entre idas y venidas de Core 5, a Fuerte Tiuna, a la Dolorita en Petare, dieron con que había, a los momentos, 26 presos. Nadie sabía nada. La mayoría de los muchachos estaba anunciada como desaparecida. Entonces empezaron a tender puentes con los Guardias para formar listas. Identificaron a 19 hombres y 8 mujeres.

    —Cuando empecé a reportar la información sobre los desaparecidos mi cuenta de Twitter se fue engrosando a un ritmo brutal. Ya va por 30.000 followers. La gente está ávida de información y el blackout en los medios tradicionales los han lanzado a las redes sociales

    —dice mientras levanta su teléfono, mostrando su herramienta de trabajo.

    —Pero, ¿no crees que igual los medios tradicionales están muriendo, y que la gente en otros países igual se ha volcado a las redes sociales? —pregunto.

    —El venezolano está pasando por un momento crítico donde no hay libertades ni distracciones, y no le queda otra más que encontrar eso en internet. La gente está sedienta de información. Es la opción que les queda para enterarse. Es decir, si estás en Nueva York y haces un picnic en Central Park eso es lo que pondrías en Twitter o Instagram, pero ¿quién va a hacer un picnic en esta mierda? —bromea mientras enciende otro cigarillo y pregunta: ¿Dónde me quedé?

    La Guardia Nacional no estaba preparada para esa contingencia. A los hombres los trasladaron a la Dolorita que no es más que un módulo de tránsito donde no hay instalaciones para tener a 19 en prisión. A las ocho, mujeres las recluyeron en la “zona de resguardo de seguridad urbana” en Fuerte Tiuna. Esa zona de resguardo es la iglesia.

    FOTOGRAFÍA: ALEJANDRO CREMADES

    Melanio y sus compañeros se pararon en una panadería en camino a la Dolorita para comprar —con su propia plata— pan, jamón y queso para los aprehendidos. En la Dolorita conocieron a Nizar El Fakih y José Bernardo Guevara, abogados de asistencia UCAB, que ya se encontraban en funciones.
    Era doloroso ver cómo cambiaban a los jóvenes de lugar. En una oportunidad, alcanzaron al convoy que los llevaba y fue la primera vez que sus amigos detenidos vieron la cara de una persona conocida en dos días. Estaban completamente incomunicados. Fue un momento emocionante, los muchachos saltaron al ver a Melanio y los demás en el carro contiguo, y luchaban con los guardias que les hacían bajar las cabezas. Se dieron cuenta que no estaban solos. Pero la desesperanza de ver que los sacaban de un sitio para regresarlos a otro los tenía devastados.

    El 14 de febrero los trasladaron a tribunales. Llegaron al Palacio de Justicia a la 1:30 p.m. El lote de 26 salió de las audiencias a las 10 de la noche. Libertad plena para los 26 —entre ellos los dos amigos de Melanio— con una prohibición expresa para manifestar que, por supuesto, viola derechos constitucionales. Ese mismo día presentaron otro grupo de 16, de los cuales 6 quedaron detenidos por 45 días mientras avanzaban investigaciones por una serie de cargos que les imputaron respecto a los destrozos causados el día 12.

    La forma como Melanio se fue enroscando en el reportaje de las detenciones fue completamente orgánica. Comenzó buscando a sus panas, y terminó reportando sobre todos los detenidos ya que había pocos familiares enterados de la situación. La primera lista que la Guardia les facilitó tuvo más de 3.000 “retuits”. Gracias a esa información los familiares fueron apareciendo.

    A un mes del 12 de febrero Melanio ha perdido la cuenta de los días y madrugadas que ha pasado en el Palacio de Justicia y los distintos centros de reclusión. Le cuesta recordar nombres de tantos que han pasado por sus pulgares. Hasta el dos de marzo iban 967 detenciones desde el infausto “Día de la Juventud”. Pero para el 13, del mismo mes, iban más de 1.300. En su cuenta de Twitter hay un valioso registro de las detenciones de febrero y sobre las que hasta ahora van en marzo. Se le ha pegado la jerga de los abogados e incluso ha tejido una red entre la gente que le está haciendo seguimiento a los casos.

    —Chamo, pero tienes que hablar con Nizar El Fakih y José Bernardo Guevara. También con Luis Cabrera que es el abogado de Primero Justicia, y es un duro. Laura Solórzano es quien mejor lleva la contabilidad de todos los casos en su blog. Tienes que hablar con ellos que son quienes más se han movido en este asunto —el comentario me reafirma que estoy hablando con la persona correcta.

    —Y en los distintos organismos, ¿cómo los han tratado? —pregunto.

    —Te sorprendería la cantidad de gente de oposición que nos hemos encontrado en fiscalía y en otros organismos públicos. Nos han ayudado, más que todo, con trato amable, y dándole curso a las causas. Pero no pueden intervenir frontalmente porque tienen que comer, y temen que “los de arriba” los echen. Pero lo más increíble es que muchos de los detenidos no solo son hijos de empleados públicos, sino de militares también. Han sido de los más agradecidos con el trabajo que estamos haciendo.

    —¿Y los cuerpos de seguridad? ¿Cómo se portan con los chamos?

    —La Guardia Nacional es excesivamente violenta al momento de la captura. Hemos escuchado cuentos de malos tratos pero luego los dejan tranquilos. Que es lo contrario a lo que hemos escuchado de los cuerpos policiales. Ahí es donde está la mayoría de las denuncias. Salen más heridos que luego de ser detenidos. El único denominador común es que los teléfonos de todos desaparecen. Al principio pensábamos que era para obtener inteligencia, después nos dimos cuenta que, bueno…

    Hasta el momento, 18 personas han denunciado el maltrato, pero según explica este periodista son muchos más. Las detenciones rebasan, sobradamente, las mil. El miedo es libre.

    Melanio sigue participando en las manifestaciones pacíficas. No está de acuerdo con las “guarimbas”. No es un asunto de miedo. En el último año lo han asaltado tres veces a punta de pistola, y de esa triste manera, ha cobrado una valentía irreductible. No participa del “guarimbeo” porque es un pacifista. De vez en cuando se le acerca a los manifestantes que llevan máscaras de Guy Fawkes para confrontarles y decirles que se la quiten. Que la protesta, siempre que sea pacífica, es un derecho. Y que no tienen que esconderse como bandidos. Más de uno le ha respondido: “no puedo, soy funcionario público.”

    —Esto empezó como una forma de darle paz a las madres de mis amigos y terminé agarrando un compromiso, que quizás en el momento no me correspondía, pero que éticamente como periodista sí. Los medios de comunicación, como por ejemplo Globovisión, van y dan las noticias al día siguiente con un reporte escueto. Pero eso no calma la angustia de las personas al momento.

    —Claro, no son periódicos —le replico.

    —Exacto, los noticieros deberían estar haciendo avances, desde los sitios de tensión, en Palacio, y en los lugares de reclusión. Deberían estar en el sitio haciendo lo mismo que estoy haciendo yo, que he puesto de lado mi trabajo y mi ingreso monetario, por una responsabilidad moral y ética. Yo no tengo ninguno de sus recursos, lo que tengo es mi cuenta de Twitter. No lo hacen quién sabe por qué— cierra con un guiño de ironía.



  • He visto muchas cosas

    He visto muchas cosas
    Fuente: Tal Cual

    Melanio Escobar, 28 años, periodista independiente, participa en el Centro de Derechos Humanos de la UCAB; productor audiovisual. Nunca pensó que saber que iba a ser padre y los acontecimientos del 12F cambiarían su vida de manera radical. Su única arma: el Twitter 

    -¿De dónde vienes? 
    Tengo 12 años ejerciendo el periodismo, ejercí antes de estudiar la carrera, a los 16 años comencé escribiendo en la revista Lánzate, hacía entrevistas a artistas internacionales como Molotov, Aterciopelados, eso me atrapó y decidí estudiar la carrera. Me tomó 10 años terminar porque yo pagué mis estudios y tuve que separarme para trabajar, lo hice en Urbe como redactor principal casi 5 años, hice trabajos de investigación, etc. 

    -¿El ser papá te cambió la vida? 
    Cuando la vida me trae la sorpresa de que voy a ser papá di un giro de 180°, ya no podía seguir mi estilo de vida que era el rock, la música, los conciertos, la noche, un trabajo libre que te permite rumbear mientras estás trabajando. Decidí buscar un camino más estable y concentrarme en producir dinero y en la estabilidad del hogar: Esto me creó una sensación de responsabilidad conmigo mismo, con mi familia y te lo cuento porque cuando sucede el 12F, cuando empiezo a investigar las desapariciones forzosas de los estudiantes detenidos durante las manifestaciones, lo que me obliga viene de esta responsabilidad que vengo aprendiendo desde que me enteré de que iba a ser papá. 

    -¿Cómo comienza tu labor a partir del 12 de febrero? 
    Desaparecen dos amigos míos, me comunico con la mamá de uno de ellos que me preguntaba dónde estaba su hijo y no sabía responderle. Me puse en sus zapatos. Los medios de comunicación no estaban transmitiendo información y la gente no tenía nada más que el Twitter y era una información que se escondía detrás de rumores, amarillismo, exageraciones, miedo, nerviosismo propiciado por la misma desinformación. Me puse las pilas y comencé a averiguar dónde la Guardia Nacional hacía las detenciones, me fui al Core 5 y ahi estaban mis dos amigos y 24 chamos más. Comencé a informar a través de Twitter dónde los conseguía, pero seguían saliendo más desaparecidos que no estaban en esas listas. Conseguí a los muchachos que estaban en el CICPC, ¡42 personas detenidas en un solo día de manifestaciones! De ahí salen los seis del 12F que son a quienes culpan de la quema de las patrullas del CICPC, de ese grupo todavía están detenidos Marco Coello y Christian Holdack y van a juicio porque son necesarios para inculpar a Leopoldo López que, presuntamente, es el instigador y los dos detenidos son los presuntos instigados, aunque hay personas que se han declarado culpables y sus declaraciones han sido desechadas porque hay saña para inculpar a Leopoldo y esas personas que se culpan son adeptas al oficialismo, inscritas en el PSUV y eso tumba toda la teoría de que Leopoldo es el instigador.

    -¿Qué has aprendido de esta experiencia? 
    La responsabilidad que hay que tener al difundir una noticia, una información, porque vivimos en un estado constante de sospecha, no se puede hablar libremente por las redes sociales y la libertad de expresión está en hablar sin miedo a las consecuencias. Yo podría hacer denuncias con nombre y apellido de cosas muy fuertes que he visto durante estos cinco meses, pero no las he hecho porque me dan miedo las represalias que pueda tener porque hay una evidente represión judicial y física. En Venezuela no tenemos garantizado el derecho a la vida, en lo que va del mes de julio en Caracas ha habido más de 145 muertes violentas, casi lo que ha habido en Gaza con misiles, bombas…

    -¿Te imaginaste este cambio en tu vida? 
    Pense que mi vida iba a ser mantenerme toda la noche despierto rockeando, tocando, cubriendo las mejores fiestas y resulta que me tocó estar despierto porque mi bebé estaba llorando. Cuando yo soñaba que iba a salir en las revistas con mi música y mi guitarra terminé atendiendo los casos de muchachos torturados, desaparecidos. Es un sacrificio, yo vivo con miedo de que me pase algo, a mi familia, pero más miedo me da vivir bajo este castigo de país que tenemos actualmente que no es la Venezuela que nos merecemos ni es la que teníamos y espero que no sea la que sigamos teniendo. 

    -La experiencia más dura. 
    He visto muchas cosas: golpes, marcas de torturas, ojos morados, costillas destrozadas, chamos con infecciones en las piernas por los perdigones, pero nada como las heridas emocionales, las de los padres y las madres cuando uno ve como se les va el alma. @melaniobar «Mucho dolió ver a James llorar, no se imaginan lo que es ver a la madre de un estudiante cuando le dicen que va para Yare». 

    -¿Qué hay que hacer? 
    Si no nos damos la mano como venezolanos no vamos a poder sobrevivir a la época tan dura que nos esta tocando, tenemos un gobierno que ha demostrado que no le interesa el bienestar social del país, se ve beneficiado por la degeneración de la sociedad venezolana, es un estandarte de la revolución bolivariana, y tenemos una oposición que si bien está luchando desde su tribuna, se encarga de su lucha política. Los venezolanos de a pie, los que no somos políticos, no estamos en una posición de poder, padecemos una serie de cosas que nos están golpeando muy duro: la falta de medicamentos, la inseguridad, la indefensión contra un sistema judicial viciado que enjuicia a personas por pensar diferente o por estar pasando por el lugar equivocado. Los venezolanos para recuperar un país coherente tenemos que ponernos manos a la obra, ponernos a trabajar para poder combatir esta degeneración que tenemos.


  • Entren que caben 100

    En el marco de la exhibición Maniesto país y bajo el compromiso social de transformar la reexión en acción, la Sala Mendoza conjuntamente con la plataforma web Entren que caben 100, llevará a cabo el encuentro “Voluntades que construyen un país”, evento que se efectuará este miércoles a las 10:00 am, en el Paraninfo Luisa Rodríguez de Mendoza.

    Entren que caben 100 es un proyecto de las emprendedoras venezolanas Tibisay Guerra y Maiskell Sánchez, cuyo objetivo es ser la voz de aquellos que ayudan diariamente con su trabajo desinteresado a la sociedad. La Sala Mendoza en alianza con esta iniciativa, convoca a este encuentro que promueve la civilidad y convivencia en pro del impulso de nuestro país.

    El evento contará con la participación del reconocido escritor y poeta Willy Mckey como presentador. McKey y el resto de las voces invitadas, ofrecerán una breve intervención que resuma el testimonio de su trabajo para la construcción de la Venezuela posible. Los comunicadores sociales Melanio Escobar, Alicia Hernández y Donaldo Barros; el escritor Héctor Torres, el poeta Alejandro Castro y el reconocido caricaturista Eduardo EDO Sanabria estarán presentes junto a algunos representantes de la comunidad unimetana: los estudiantes Andrés Nasser y Rodrigo Gil (Proyecto Suma), David Rodríguez (Proyecto

    Logia) y las profesoras María Alejandra Aguilar y Angelina Jaé. Además, Laura Guevara y Bartolomé Díaz junto a Andrés Barrios y el grupo de becarios Musicum, intervendrán musicalmente.

    Voluntades que construyen un país será un espacio de reexión que servirá para que nos rencontremos como venezolanos, destacando el aporte que todos podemos hacer desde nuestro campo de acción para un mejor país.


  • “Vivir en Venezuela es como jugar a la ruleta rusa”

    “Vivir en Venezuela es como jugar a la ruleta rusa”

    Fuente: El Comercio

    El dramático testimonio del joven periodista venezolano Melanio Escobar refleja la penosa realidad que se vive en su país.

    PIER BARAKAT CHÁVEZ

    Melanio Escobar es un joven periodista venezolano independiente, licenciado en Comunicación Social de la Universidad Santa María de Caracas. Desde sus trincheras, sobre todo a través de las redes sociales, desarrolla impecables coberturas sobre los maltratos a los detenidos y las atrocidades que comete el régimen de Nicolás Maduro. Este joven profesional habló con El Comercio y dibujó el preocupante panorama político y de inseguridad que afecta a su país.

    -Además del régimen de Maduro, la delincuencia es un grave problema en Venezuela. ¿Cómo se puede vivir en un país con tanta violencia?
    -Vivir en Venezuela es cómo jugar a la ruleta rusa: no sabes en qué momento te va a tocar ser presa del crimen. Lo más triste es que cuando las víctimas sobreviven, el único consuelo que queda es: por lo menos te dejaron vivo.

    -¿Has sido víctima del crimen?
    -Sí. He sido blanco del hampa en varias oportunidades, en los años 2013 y 2014. Además, tengo amigos de toda la vida que han sido asesinados por la delincuencia y sé de muchos que a diario enfrentan esta cruda realidad. No son las protestas lo que nos está matando, es la situación país que vivimos. Si a eso le sumamos el riesgo de morir por manifestar, es bastante triste el panorama al que nos enfrentamos diariamente.

    -¿Cómo se puede hacer periodismo libre en un régimen como el chavista?
    -Hay que hacerlo de manera independiente. Si trabajas para un medio de comunicación grande, debes depender de la línea editorial del mismo, que actualmente está siendo dominada por el miedo a que el Estado decida quitar la concesión del canal, por ejemplo.

    -Por suerte existen las redes sociales…
    -En Venezuela, la libertad de expresión termina siendo una utopía. Solo es posible tener cierta libertad por las redes sociales, medios alternativos o algunos valientes medios que enfrentan la realidad.

    -¿Qué futuro le deparas a tu país?
    -Siento que el venezolano ha recobrado la valentía de reclamar lo que es justo, de tener los pantalones bien puestos y poder decirle al Estado: “haz tu trabajo“. Lo que veo es un nuevo despertar social, que por consiguiente en algún punto nos va a generar un mejor país.

    -¿Crees que el régimen de Maduro caerá pronto?
    -La verdad es que Venezuela necesita un cambio, de gobierno o de actitud por parte del gobierno. Necesitamos que se escuche lo que el pueblo demanda: seguridad, economía estable, abastecimiento, calidad de vida, entre otras muchas cosas que nos abaten cada día. Aun cuando la situación está muy grave, no veo una salida que no sea constitucional y para eso debemos esperar al año 2015 con un referéndum revocatorio.


  • Medida sustitutiva de libertad para 79 manifestantes

    Medida sustitutiva de libertad para 79 manifestantes

    La sentencia establece medida Sustitutiva de Libertad, numeral 9. «Significa que no se presentarán ante tribunal a menos que sea requerido»

    Los 79 jóvenes que habían sido detenidos durante protestas de este miércoles en la ciudad capital, fueron liberados informó el periodista independiente Melanio Escobar.

    Según publicó en su cuenta en Twitter, el Ministerio Público pre calificó como: Instigación Publica, Agavillamiento y Resistencia a la Autoridad. La sentencia establece medida Sustitutiva de Libertad, numeral 9. «Significa que no se presentarán ante tribunal a menos que sea requerido», reportó.

    La defensa fue asumida por UCAB, Colegio de Abogados de Caracas, Foro Penal, MUD, USM, UCV Unimet y Fundeci.


  • Medida sustitutiva de libertad para 79 manifestantes

    Medida sustitutiva de libertad para 79 manifestantes

    La sentencia establece medida Sustitutiva de Libertad, numeral 9. «Significa que no se presentarán ante tribunal a menos que sea requerido»

    Los 79 jóvenes que habían sido detenidos durante protestas de este miércoles en la ciudad capital, fueron liberados informó el periodista independiente Melanio Escobar.

    Según publicó en su cuenta en Twitter, el Ministerio Público pre calificó como: Instigación Publica, Agavillamiento y Resistencia a la Autoridad. La sentencia establece medida Sustitutiva de Libertad, numeral 9. «Significa que no se presentarán ante tribunal a menos que sea requerido», reportó.

    La defensa fue asumida por UCAB, Colegio de Abogados de Caracas, Foro Penal, MUD, USM, UCV Unimet y Fundeci.


  • Detención de estudiantes durante allanamiento en la madrugada

    Detención de estudiantes durante allanamiento en la madrugada

    Fuente: A todo momento

    El periodista independiente y voluntario de derechos humanos de la UCAB Melanio Escobar, se encuentra tratando de identificar a los detenidos en los campamentos estudiantiles en horas de la madrugada del pasado jueves. 

    Los detenidos se encontraban en la morgue de Bello Monte. 


  • Venezuela contra los jóvenes

    Venezuela contra los jóvenes

    Despues de dibujar una cartulina con la palabra «Libertad» en letras amarillas, azules y rojas, Geraldine Moreno bajó de su departamento y con cuatro amigos se quedaron en la vereda, frente a su edificio, sumándose al resto de los vecinos del barrio que habían salido a las calles de Naguanagua, un municipio tres horas al oeste de Caracas. Eran las 8 de la noche del 19 de febrero y estaban protestando, como en el resto de las ciudades de Venezuela, contra la inseguridad, la inflación y el desabastecimiento de comida y medicamentos, cuando por la esquina apareció una brigada antimotines de la Guardia Nacional armada con gases lacrimógenos y escopetas con perdigones de goma y metal, disparando contra la gente. 

    La turba empezó a correr para resguardarse, pero mientras trataba de escapar, Geraldine se tropezó y cayó. El aire se había nublado por los gases y, cuando Geraldine se quiso levantar, un militar le disparó en la cara. Con la cara destrozada, la llevaron a un hospital donde la operaron dos veces, pero murió tres días después: la descarga del arma le había desprendido el cerebro y uno de sus globos oculares. 

    Geraldine tenía 23 años, estaba cursando quinto año de biología celular, entrenaba para jugar los clasificatorios de fútbol de salón de la Universidad Arturo Michelena y fue la segunda joven asesinada en el estado de Carabobo en menos de una semana. El 19 de febrero, Genesis Carmona, una chica de 22 años que estudiaba marketing y había sido elegida Miss Turismo Venezuela, había muerto de un disparo en la cabeza después de que una brigada motorizada de autodefensa del Gobierno -los denominados «circulos bolivarianos», formados para «hacer cumplir el plan de la patria»: más de 2,3 millones de civiles en el territorio venezolano, que la oposición asegura están armados- embistiera a balazos contra una concentración opositora. Desde su cuenta de Twitter, el gobernador Francisco Ameliach había llamado a que los partidarios del chavismo prepararan el «contraataque fulminante a los fascistas». 

    Desde entonces, en otras veintitrés ciudades venezolanas, miles de jóvenes universitarios salieron las calles a protestar contra la represión y una espiral de violencia que se había empezado a encender unos días antes en San Cristóbal, la capital del Táchira, una provincia a 800 kilómetros de Caracas, después de que intentaran violar a una chica en la Universidad de Los Andes el 12 de febrero. Sus compañeros habían salido a protestar contra la inseguridad y la policía los reprimió, llevándose detenidos a tres estudiantes por alteración del orden público. Al cierre de esta edición, ya sumaban 31 muertos según la Fiscalíia General y un número indeterminado de heridos. Se trata, en su mayoría, de estudiantes caídos por impacto de bala en enfrentamientos con los organismos de seguridad del Estado. Y la Comisión de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello registró más de 1.600 detenciones desde el 12 de febrero: casi todos estudiantes, acusados de cargos como asociación para delinquir, conspiración y alteración del orden público. El periodista Melanio Escobar integra esa comisión y cuenta que cuando los jóvenes son aprehendidos, no los dejan comunicarse con un abogado o sus familias durante las primeras 48 horas, mientras aguardan quedar a la orden del Ministerio Público. La Comisión denunció treinta casos de torturas a estudiantes detenidos en las protestas y están verificando otros 170. «Tengo seis estudiantes sin respuesta procesal desde el 12 de febrero, que han sido arrodillados durante cinco horas, golpeados y bañados en gasolina para obligarlos a asumir responsabilidades», cuenta Escobar. Entre las denuncias de tortura hay una sobre un estudiante que fue violado con un rifle FAL por un Guardia Nacional.

    Como en las revueltas de Medio Oriente, las redes sociales han tenido un rol fundamental en la crisis para la circulación de información. Los medios audiovisuales, en línea con el Gobierno, no cubren los hechos, de manera que Twitter y Facebook se han vuelto el único camino para difundir las informaciones. Y la respuesta del Gobierno ha sido bloquear intermitentemente, a través del proveedor estatal de internet, el acceso a sitios como Zello, TunnelBear, Twitter o Tuitpic. «A cada conspiración contra la patria, la respuesta será más radicalización de la revolución, declaró el presidente del Parlamento venezolano, Diosdado Cabello, en su programa Con el mazo dando, transmitido en el canal del Estado. 

    «No pedimos la renuncia del Presidente, sino medidas contra la inflación, seguridad en las universidades, cese de la represión y desarme de los grupos paramilitares», explica Juan Requesens, estudiante de Ciencia Política y presidente de la Federación de Centros Universitarios de la Universidad Central. «Seguiremos en la calle hasta que nos den respuestas, las muertes de nuestros compañeros en las protestas no quedarán impunes».

    Pero el gobierno hasta ahora sólo ha reprimido y criminalizado las protestas. «La cárcel le espera a los fascistas que perturben la paz», declaró el presidente Nicolás Maduro tras los disturbios, y después acusó a la derecha de instigar su derrocamiento, aunque su partido controla el Poder Legislativo, el Judicial y, salvo en tres provincias, todos los gobernadores están de su lado. 

    El 13 de febrero, mientras varias universidades se unían a las protestas pidiendo la liberación de los estudiantes, la respuesta del gobierno fue militarizar San Cristóbal con tanques y efectivos armados. Sin embargo, ver hombres de verde en las calles no es raro en Venezuela. En el supermercado los militares requisan a la gente al entrar y, al salir, verifican que nadie haya comprado más de lo permitido. 

    Antes de su último viaje a Cuba, ya agonizante por su cáncer, Hugo Chávez se encargó de señalar a Maduro como su sucesor. Tras su muerte, el 5 de marzo de 2013, con el lema «Chávez, te lo juro, mi voto es para Maduro», su elegido ganó las elecciones presidenciales de abril por apenas el 1,49 por ciento de diferencia frente al opositor Henrique Capriles.

    Y aunque Maduro trató de recrear la mística chavista diciendo que el ex presidente le había hablado a través de un pajarito, por ejemplo, la economía siguió descontrolándose. Durante los catorce años de Chávez en el poder, el precio del petroleo -casi el único recurso de producción naciona-l fluctuando alrededor de los 115 dólares por barril contuvo a una sociedad cuya ciento de los bienes de consumo. Sin embargo, desde que asumió Maduro, el erudo fue bajando su cotización y no se vende a más de 100 dólares, obligando al Gobierno a reducir las importaciones, llevando a la desaparición de insumos básicos como papel higiénico, leche, carne o azúcar. Además, la economía alcanzó precios inflacionarios sin precedentes en la historia de Venezuela: en enero del año pasado, un kilo de cebollas costaba 20 bolivares (3,2 dólares), a fines de marzo costaba 110. 

    El paisaje se completa con la expropiación de empresas privadas, el cierre de medios de comunicación criticos al chavismo -más de 48 frecuencias radiales que pasaron a manos amigas del Gobierno, o la compra de canales como Globovisión en 2013- y la inseguridad. Según cifras ocurrieron 24.763 homicidios sólo en 2013: unos 79 por cada 100 mil habitantes. Y el Ministerio de Interior y Justicia ha admitido que el 93 por ciento de los casos nunca se resuelven. 

    Víctor Alfonso, militante de la juventud del Partido Socialista Unido, dice que los opositores exageran. «Yo miro bien las razones de la protesta opositora y en Venezuela hay libertad de expresión, que ellos [los opositores] están ejerciendo con violencia, matando personas», sostiene. Y se pregunta por qué quienes hoy adversan a Maduro, no manifestaban cuando «había fosas comunes y [el ex presidente venezolano en 1974 y 1989] Carlos Andrés Pérez mandaba a retirar los periódicos que publicaban la cantidad de muertos».

    En los últimos diez años, en Venezuela han ocurrido frecuentes movilizaciones en rechazo a la gestión chavista. De las más severas, las de 2007: cuando las calles se Ilenaron de gente para repudiar el cese de la concesión al canal RCTV. Antes, en abril de 2002, Chávez había sido victima de un golpe de Estado cuando -en pleno paro nacional- el entonces ministro de la Defensa, Lucas Rincón, anunció en cadena televisiva que «se le solicitó al Presidente la renuncia a su cargo, la cual aceptó» y los militares disidentes instalaron un Gobierno de facto encabezado por Pedro Carmona, dirigente empresarial en ese momento. 

    Y aunque Maduro ha acusado a los estudiantes que se manifiestan de ser partícipes de «un golpe de Estado en desarrollo», cada vez más sectores de la sociedad venezolana se han adherido a las protestas. «Músicos de todo el país están en los autobuses, en las plazas y donde haga falta, protestando sin violencia y buscando fortalecer el tejido social desde el campo cultural», dice Félix Allueva, representante del movimiento «Músicos en la calle», que salió a apoyarlos. Pero tal vez el caso más notable sea el de Horacio Blanco, frontman de Desorden Público, una mítica banda venezolana de ska, conocida por sus letras contestatarias desde que fue fundada en 1985. Aunque ha sido un aliado del chavismo y ha participado en shows organizados por el Gobierno, en los últimos días, en su cuenta de Twitter escribió: «Ver policías/militares pateando estudiantes fue algo que me indignó en los 80, en los 90, en los 2000 y también HOY». 


  • Melanio Escobar: Ser escritor en Venezuela es vivir en un limbo social

    Melanio Escobar: Ser escritor en Venezuela es vivir en un limbo social
    Fuente: DuxMagazine

    Hemos leído a grandes escritores que por visiones, ideologías, metáforas y mensajes dejan una marca única en el colectivo y que de manera positiva influyen en los pensamientos, gustos y realidades.

    El periodismo en Venezuela ha tomado un vuelco vital en cuanto al manejo de la información y Melanio Escobar desde hace años ha promovido un lenguaje más juvenil y facil de diferir en las audiencias en crecimiento cultural e intelectual. Tambipen ha construido una carrera como animador y productor audiovisual.

    En esta ocasion, DUX Magazine tuvo la oportunidad de hablar con este carismatico personaje, uno de los escritores y productores audiovisuales más respetados de Venezuela.

    DUX: ¿Desde cuándo te encuentras en el medio?
    Melanio Escobar: Desde que tenía 16 años. Comencé escribiendo para una publicación de distribución gratuita llamada «Lánzate» y mi primer aporte fue una entrevista a Molotov y otra a Tego Calderón, una belleza lo variado de mi comienzo.

    DUX: ¿Cómo ves la escritura en la escena local? ¿Infravalorada o sobrevalorada?
    Melanio Escobar: La veo en un área gris donde eres extremadamente amado o inexplicablemente odiado, es como ser de Montalbán, para los malandros eres un sifrino y para los sifrinos eres un malandro. Ser escritor en Venezuela es vivir en un limbo social.

    DUX: ¿En qué medios re gas desempeñado y cómo ha sido tu experiencia en ellos?
    Melanio Escobar: He tenido la oportunidad de formar parte de la televisión, la radio, el impreso y lo web, cosa que ha logrado convertirme en un profesional integral. Entre lo más destacado, fui animador del programa Puma TV, redactor principal en el Semanario Urbe, locutor de las 92.9 FM, animador de eventos y más. Ha sido muy gratificante vivir cosas que muy pocos pueden experimentar.

    DUX: Todos tienen una experiencia desagradable ¿cuál ha sido la que te ha dejado una huella? ¿tuvo un significado positivo o negativo?
    Melanio Escobar: En el aspecto laboral, quizá conseguirme con esas piedras obsoletas gerenciales de alto rango que no permiten que sus medios y talentos le metal pedal al carro, que con sus mentes cerradas mantienes un medio atado al piso cuando podría estar volando. Eso es lo que más he encontrado desagradable de este mundo.

    DUX: Fuiste reconocido nacional e internacionalmente por tu trabajo en el Semanario Urbe ¿cuál fue tu fórmula de éxito para lograr esta meta?
    Melanio Escobar: Creo que fue tomarlo más como un hobbie que como un trabajo. Urbe me dio mucho, mucho más de lo que cualquiera podría imaginar. Hoy día todavía me escriben por mis artículos y no sale una edición del semanario hace muchos años, yo iba en pijama a la oficina, escribía los artículos en la calle y tonaba cada oportunidad de trabajo para divertirme, eso se reflejaba en lo que el lector recibía y por eso creo que fue tan popular mi participación.

    DUX: ¿cuál ha sido tu trabajo más satisfactorio?
    Melanio Escobar: Todos han tenido su parte importante porque han sido tan diferentes que cada uno ha complementado mi globo de ambiciones, pero con ansias espero volver a alguno, ya que por ahora he estado un poco alejado, dedicado a ser padre y a la producción de vídeos.

    DUX: Tocando el tema de tatuaje ¿de qué manera influye que estés tatuado y trabajes en el medio?
    Melanio Escobar: En mi caso ha sido positivo y negativo, puesto que para algunos momentos mi cualidad de tatuado genera la imagen que buscan proyectar, en otros es muy fuerte, todo depende del gerente de turno y los prejuicios que pueda tener, ya que por experiencia, al publico lo que le interesa es recibir un buen trabajo y eso es lo que al final del día me esfuerzo por dar.

    DUX: ¿Qué tienes planeado para este 2014?
    Melanio Escobar: Seguir con mi productora audiovisual, «Comegato Producciones», con la que tengo algunos proyectos interesantes. Seguiré también animando los Unión Rock Show a nivel nacional y brindaré lo que pueda a los medios como le he venido haciendo desde hace tanto tiempo.



  • Venezuelan Dispatches: Tracking Detainees and Food Shortages

    Venezuelan Dispatches: Tracking Detainees and Food Shortages
    Fuente: Splinter

    Fusion’s Mariana Atencio has been reporting on the increasingly violent protests that have been sweeping across Venezuela over the last few weeks. Atencio is from Caracas, the capital, and this is the first time she has been back for reporting in over a year.

    Here she shares some of her experience, and the conversations she’s had with student protesters, parents, and those caught in the middle.

    Before the sun rises in Caracas, you can already see lines outside the supermarkets, even in upper class neighborhoods. Venezuela has experienced huge product shortages in the last few months. Butter, milk, chicken, cooking oil and flour are the hardest items to find. There’s also a big shortage of toilet paper, so I’ve been carrying a roll in my purse for the crew.

    The official exchange rate is a dollar for 6,30 Venezuelan Bolivares, but the black market exchange rate is 87 Bs. That makes for more than a 1,000% difference between official and backdoor ways of navigating currency exchange. This made for some confusion when one of our producers, Jesus Ayala, was trying to pay for our hotel.

    Dr. Jorge Hernández works in Salud Chacao, the only free hospital in the area where the protests have occurred. He told me about how last week he watched a student die from a bullet wound to the head.

    I have met countless student activists in the streets, like newfound friends Melanio Escobar and Laura Solórzano. They have been keeping track of fellow students who have been detained by the police. When they get a name of someone who has been arrested, they help communicate what has happened to the families, and help put them in touch with lawyers.

    Melanio told us about how he is dispersing this vital information on Twitter and about why people care so much about those who get detained.

    Laura has started publishing the names and statuses of detained Venezuelans on her blog. At the time that we were talking, she estimated that she had coordinated with the families and lawyers of about 45 detainees.

    But the true pulse of the protests can be felt after nightfall.

    Plaza Altamira functions like Venezuela’s Tahrir Square, where students meet at night to discuss the next day’s protests and keep the revolt alive. Students there told me that they use it as a base to organize, as well as for distributing basic medical supplies and improvised teargas remedies like Maalox and vinegar.

    But you would never know of what is going on in the streets if you were only watching TV. Our crew stopped by a popular cafe where we caught a glimpse of what the state controlled media outlets were focusing on. Hint: there was barely a word on the tear gas being lobbed at protesters just a few blocks away.

    Before our crew hits the streets, our cameramen suits up like he is going into a war zone.

    The funeral of opposition member Robert Redman, who was killed during protests last Wednesday, was a reminder that you can never be too safe out there.

    Mariana Atencio is a globetrotting host and correspondent at Fusion. She is a Peabody, Investigative Reporters and Editors, and Gracie award-winning journalist covering stories that matter to real people.